La necesidades de mi hijo, Rhaenyra.

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—Anula el compromiso — Rhaenyra exigió.

—Vas a arruinar a Lucerys,  si luego de este incidente es infértil, ningún noble lo querrá, Aemond está consumido en venganza ahora mismo, quítale a su Omega y se irá en una guerra contra tí — trato de razonar Daemon.

— ¡Casi matan a mi hijo!

—Y Lucerys está vivo gracias a Aemond — contesta Viserys — si no lo hubiera alcanzado estaríamos en un funeral ahora.

—No estamos en un funeral por qué era tan pequeño como una moneda de plata— gruñe Rhaenyra — no evadas el hecho que un bisnieto tuyo fue asesinado, sin importar si llego a termino o no.

— Rhaenyra, ellos se aman, no los puedes separar — Daemon suelta sus feromonas sutilmente para calmar al alfa y Omega.

— Prefiero que mi hijo este enojado conmigo a no tener un hijo— musita en un susurro bajo.

—¿Con quién casarás a Lucerys si lo separas de Aemond? Si dices Jacaerys perderás a ambos hijos, te lo aseguro.

— Aemond no tiene Dragón — refuta

— No, tienes razón, no tiene un dragón, pero si tiene el pueblo, los sirvientes,  los guardias reales, los nobles — enumeró — si peleas por dragones entonces Aegon, Helaena también estarán de su lado, ya son dos dragones contra uno y por muy niños que tus hermanos sean, ya te llevarían ventaja — advirtió — es Aemond Rhaenyra, tu hermano al que has criado, fuiste la primera en cargar a Aegon y la que le enseño a escribir y leer a Helaena ¿Vas a ir a una guerra con tus hermanos menores? ¿Quien crees que muera primero? ¿Tu hijo menor, Helaena, tal vez Daeron por venganza o Aegon? — Rhaenyra aprieta los dientes — Te estoy hablando Rhaenyra, acusas a tu padre de no evadir pero evades mis palabras como evades las consecuencias de romper el compromiso de tu hijo — señala — dejalos ser, ellos estarán bien — habla con voz más suave.

—Anula el compromiso, Aemond no puede suplir las necesidades de mi hijo — sin embargo Rhaenyra sigue terca.

—No— Viserys se niega — no después de esto, el pueblo los quiere, si los separó será una guerra contra ellos, no puedes irte contra tu pueblo.

—Pero si puedes perder a Lucerys.

Cuando Rhaenyra se fue a paso enfurecido, Daemon se levantó con algo de esfuerzo por su vientre redondo ya bastante grande y fue tras ella.

Aemond que escucho todo en las sombras se regreso a los aposentos de Lucerys, cuando encontró el castaño dormido, lo observa en silencio.

Su piel ya está mucho mejor, vuelve al blanco saludable y sus ojeras están a nada de desaparecer, el aceite de coco ha vuelto su cabello a la normalidad.

Un poco más y Lucerys regresará a la normalidad, pero tiene que darle la razón a su hermana, Aemond no puede suplir las necesidades de Lucerys, apenas pudo evitar que recibiera una tercer apuñalada en la caída.

Alista una maleta con los insumos básicos, le da un beso en la frente a un durmiente Lucerys y parte.

En Dragonstone está Vhagar desde hace un par de lunas, debe hacerlo, para mantener bien a Lucerys.

Parte en la noche con solo dos guardias hacía Dragonstone, va a conseguir un dragón.


Se busca un buen alfa - lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora