Los Planes Salen Mal.

681 81 21
                                    

— ¡Aemond!

Lucerys empuja a Aemond bajo la cama y se tira sobre el colchón con bastante descaro, Aegon qué  entra por la puerta se encuentra a Lucerys envuelto únicamente en una manta, la vergüenza pega de golpe en la cara del omega al ver a su sobrino.

—Gracias a los dioses, tío Aegon, ayúdame — gime desperado, su sobrino se aparta de inmediato al sentir las hormonas alteradas de Lucerys, el castaño quita su sabana de encima lo que provoca qué Aegon se petrifique, por que Lucerys esta semi desnudo, en celo y aunque es perturbador, Aemond no esta por ninguna parte, el enojo que traía queda atrás dejando ahora solo la impresión, su hermana que viene justo detrás al ver la escena intenta cerrar las puertas pero es tarde, Jacaerys que los estaba siguiendo se encuentra con tal escena.

Lucerys semidesnudo, muy cerca de Aegon su hermano menor en claro celo y sus dos omegas tocando sus brazos desnudos.

Casi pareciera como que ambos hermanos quisieran lastimar a Lucerys.

—Carajo— maldice por inercia Aegon.

—Amor, no es lo que parece—  Helena toma la palabra por ellos — estamos tratando de ayudar a tu hermano — intenta explicar.

—Alfa— gime Lucerys por instinto y celos Aegon se lanza a arañarle la cara, Jacaerys se mete a defender a su hermano en el forcejeo, movido por un gran instinto de protección a su hermano en tal estado vulnerable.

Aemond piensa que su omega es muy astuto al crear todo este drama para darle tiempo de escapar de sus hermanos antes del juicio público a sus abuelo y madre (aunque ya estén ejecutados) , el problema viene en que todos sus instintos le piden que se meta, que no deje a su omega en esa situación tan caótica solo.

Lucha con todas sus fuerzas para poder salir a tiempo y no ir tras el bulto de golpes que se desarrolla en su costado, cuando al fin se logra mover un sonido seco llama su atención al voltear en esa dirección una ojos verdes jade lo observan, Jacaerys lo distingue al instante, el alfa mayor enloquece.

Tira la cama por debajo y Aemond no se decide a huir como en el plan inicial creado por Lucerys , patea a su sobrino y pronto es una pelea por dominio entre los alfas.

Jace esta en su estado mas primitivo siente que su territorio esta invadido, con otro alfa tan cerca solo piensa en eliminar al intruso que pone en peligro a sus omegas y hermano que están en un estado tan vunerable.

En cambio Aemond ya estaba bastante mas controlado por su dragon, con el repentino estímulo del celo ligero de Lucerys , sumándole sentir a su omega en peligro junto a la presencia de otro alfa, estaban a punto de despedazarse entre ambos.

Las patadas de Aemond desestabilizan a su sobrino, el platinado se encarga de hacerlo tambalear y una vez que el alfa mayor se aturde se va en una enbestida salvaje que los tumba ambos, lo inmoviliza con sus rodillas en los muslos contrarios no le da tiempo a reaccionar, lo golpea a puño cerrado en su mandíbula y cara repetidamente.

—¡Aemond! — gritan los omegas alterados, es la chica quien intenta acercarse ante el desorden de dientes y golpes que son los alfas, sin embargo consigue ganarse un gruñido de advertencia de parte del castaño (para mantenerla lejos del peligro) quien ahora todo el control, muerde con fuerza los dedos de Aemond para lastimarlo, las cosas se voltean, Jacaerys mantiene el dominio sobre el alfa contrario golpeando con su cabeza la contraria antes de tirar el cuerpo menor contra la pared.

Lucerys aun aturdido por la droga que le genera el celo momentáneo, observa a su pequeño alfa impactar de espaldas contra la pared para caer al suelo, se mueve de inmeadiato, sigue avanzando aun cuando Aegon y. Helaena intentan detenerlo de meterse en el conflicto territorial de los alfas,  escucha el gruñido de advertencia de su hermano quien se acerca peligrosamente a un Aemond doliente, pero no frena, sigue al frente para tirarse  sobre el cuerpo de su alfa, cubre especialmente el cuello de Aemond con sus brazos y apoya todo su cuerpo en el contrario, protegiendo, marcando como suyo, evitando qué Jacaerys desconozca a su Alfa como de la familia, como de Lucerys.

Jacaerys es mucho mas grande que Aemond. Están peleando territorio y Lucerys sabe que con su alfa tan pequeño, recién presentado y tan agresivo Jace buscara eliminarlo, matarlo y no dejara que toda esa locura siga, esto se salió de control hace mucho tiempo.

Pero  Jace no retrocede y sigue acercándose a ambos Lucerys aprieta el quejoso cuerpo de su alfa que lucha en contra de él en un instintivo intento de defenderlo, pero esta débil y su cuerpo no ha descansado nada en prácticamente dos días.

Jacaerys esta a unos instantes de llegar a ellos, abre sus colmillos en grande y Lucerys no aparta su mirada retadora, cubre con todo su cuerpo el inquieto y lastimando de Aemond, los colmillos de su hermano están a unos pocos centímetros de su cara.

Lo apartan bruscamente, el aire que no sabía que retenía vuelve a sus pulmones cuando visualiza a un muy embarazado tío Daemon arrastrar a Jace, su hermano lucha contra el feroz agarre en la nuca que mantiene su tío en el, Daemon no lo deja ir, lo arrastra hasta afuera de la habitación donde una angustiada Helaena  los sigue, Aegon permanece petrificado en el centro antes de susurrar;

—Cometió traición, lo van a ejecutar...— el rostro se torna sin color y sus ojos pronto entran en pánico dejando de lado la consternación que había mantenido desde el inicio de la pelea.

Lucerys no dice nada, antes de revisar a el alfa en sus brazos y tocar su espalda en un roce,  un grito desgarrador sale de los labios contrarios, entra en pánico, pues apenas rozo su espalda.

—Llama a los maestres— dice sin aliento — ¡llama a los malditos maestres! —grita a todo pulmón.

Su corazón late a todo dar cuando intenta mover a Aemond y este vuelve a gritar con fuerza, todo lo que siente es miedo y pánico tanto por su alfa como por su hermano.

Pása por su mente que si esto empeora, tendrá que ejecutar a sus dos tíos y su hermano mayor.

Los maestres intentan mover a Aemond pero este grita y manotea a todos, con lagrimas en su unico ojo evita cualquier movimiento que lo haga mover su espalda, no se deja ni siquiera mover por su omega cuando este se lo pide con ojos mojados y desesperación en su voz

—Déjate revisar Aemond — pide entre llantos — por favor déjate revisar — ruega con la voz temblorosa.

Es la escena que Rhaenyra se encuentra.

Se busca un buen alfa - lucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora