Se busca amor |Davenport #1| +21

5

Quiero hacer una breve notita aclarando que es muy importante entender que hay cosas que Beca no nota. Como víctima de una relación abusiva, está alienada a muchas de las cosas que Daniel le mete en la cabeza y es importantísimo entender que tiene naturalizadas muchas conductas que nosotras podemos entender como tóxicas. Porfa sean cuidadosas en la forma de referirse en los comentarios porque puede haber personas leyendo qe hayan pasado por algo así y lo más sano es respetar.

Gracias.

Cas-.

------------------------

Rebeca

Estoy sola en la cama cuando me despierto.

Dan ya debe estar en la cocina, así que me desenredo de sus sábanas, hago una carrera rápida al baño y tomo una ducha antes de ir con él.

—Hola, bebé —con una taza de café en su mano, sonríe cuando me asomo por la cocina.

Le devuelvo el gesto. Ya intenté una vez robarle su café y fue una muy mala decisión, así que solo me acerco para darle un beso breve y prepararme otro para mí.

—¿Irás a trabajar? —le pregunto.

—Sí, tengo que estar en la oficina en un rato —me responde—. Vas a hablar con Xander hoy, ¿verdad?

—Eso espero.

El café me cae con pesadez e intento que mi mañana no arranque así.

Daniel me lleva a casa, se despide de mí con un beso y yo le deseo un buen día. Mientras entro a mi edificio, me imagino dejando atrás este lugar para vivir con él, pero es una imagen que no llega. Tal vez no estoy poniendo demasiado empeño en nosotros, trabajando para que las cosas funcionen, pero realmente no puedo imaginarnos. No puedo ver cómo sería levantarme todos los días en su cama, ver su rostro, oliendo su perfume y tratando de adaptarme a ese espacio que ya es suyo.

La idea me asfixia.

Pienso que lo ideal sería buscar otro lugar, empezar de cero, pero tampoco me siento convencida. Cuando Xander y yo conseguimos este apartamento, estaba vacío. Ambos pusimos nuestra esencia en él y es una combinación de los dos. Ir a la casa de Daniel se siente como tener que encajar mi vida en los espacios que a él le sobran y es... incorrecto.

—¿Xan? —abro la puerta, esperando que esté a la vista y lo encuentro en la cocina. Tiene pantalones de jean gastados, que usa para visitar las obras y una camiseta azul marino con manchas de cemento y cal—. Hola.

—Hola —me sonríe y me aguanta la mirada hasta que estoy con él. Apoyo mis codos en la isla, tratando de sonreír.

—¿Debería preocuparme que alguna chica medio desnuda salga de tu habitación?

—No, estoy solo —analiza mi rostro, como siempre lo hace y frunce el ceño—. No tienes buena pinta.

—Es lo que toda chica quiere escuchar.

—Hablo en serio, Rebeca.

Tomo una respiración profunda, pero me niego a hablar. Todavía no estoy lista para decirle a Xander sobre la propuesta de Daniel.

—Estaba pensando que podríamos ir a comer afuera —le digo, cambiando el tema de conversación.

Estudia mi rostro antes de enderezar su espalda.

—¿Qué sucede?

—Nada.

—Dime.

—Nada —repito.