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Xander

Planificar cosas es algo que se me da fatal, completamente fatal.

Dorys me mira desde el sofá, mientras yo paseo de aquí a allá, porque caminar siempre me ayudó a concentrarme y resoplo.

No tengo una sola idea que valga la pena.

Rebeca se ha ido con Nessa, Michelle y Grace a una tarde de chicas y mis dos primos, junto con mi hermana, junto con mis sobrinos, invaden el departamento en el que vivo. Orión y Crux distraen rápidamente a Dorothea, que decide dejar de colaborar en la lluvia de ideas y la mirada aburrida de Duncan hace que frunza el ceño.

—Trabajas en una jodida editorial, lees miles de libros de romance al año, dame una puta buena idea —le digo.

Willow me frunce el ceño.

—Mis hijos no tienen que escuchar tus groserías —me regaña.

Ser el menor de todos tampoco ayuda.

—Dale flores —interviene Román.

—Ya le di flores, tiene que ser algo grande, algo... que la impacte.

—No le encuentro sentido a esto, ustedes dos ya están juntos, ya son novios.

Las palabras de Duncan hacen que mi hermana resople.

—Rebeca estuvo en una relación de mierda, en donde no la querían. Xan tiene que dejar la vara alta. Claro que tiene que pedirle que sea la novia y de forma romántica.

El televisor está encendido. La propaganda sobre el recital agotado de Taylor Swift en la ciudad vecina me da una idea, pero no estoy muy seguro de cómo ejecutarla sin caer en la demencia.

—¿Te llevas bien con las manualidades?

Román se ríe como un imbécil adolescente cuando le hablo a Willow.

—¿Cortar papeles y esas cosas?

—Mostacillas —aclaro—, para hacer brazaletes de amistad —agrego.

—¿Por qué harías brazaletes de amistad?

—Porque Rebeca no sabe que conseguí entradas para que vaya a ver a Taylor Swift —digo en voz muy baja como si ella pudiera oírme aunque no está en la casa—, y es algo que intercambian las fanáticas. Se moriría si va allí y no tiene algo de eso.

Willow alza las cejas.

—Pensé que estaban agotadas.

Trago saliva.

—Las compré hace meses, cuando apenas salieron. Estaba buscando una forma agradable de darle las entradas, creí que podría ir con Nessa, pero...

—Oh, Dios, no. No me dejes sin mi secretaria —Román llora como un malcriado.

—Claro, solo porque es tu secretaria —masculla Duncan.

—Basta —Willow nos regaña como si fuéramos sus hijos y me observa—. ¿Qué se te ha ocurrido?

—Algo que implica hacer pulseras —le digo vagamente—, pero necesito planificar bien todo.

Mi hermana mira el delicado reloj en su muñeca y suspira.

—Debo llevar a los niños a la práctica de fútbol —explica antes de caminar hacia el balcón, donde están ambos, con Dorys. Cuando están con ella, se nos acerca—. Saluden a sus tíos, niños.

Tras acompañarla a la recepción del edificio, asegurarme de que ha subido a su coche y que todo está bien, regreso con mis primos. Duncan está hablando de una cita un tanto fallida con la chica de los vídeos y Román habla sobre Nessa, pero se detienen para escuchar mis problemas amorosos cuando regreso.

Se busca amor |Davenport #1| +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora