Se busca amor |Davenport #1| +21

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Rebeca

Dormí por el agotamiento, no por gusto. Dormí, pero no descansé, demasiado preocupada por todo lo que podría significar decirle a los padres de Xan que estamos juntos.

El lunes por la mañana, veo a Nessa. Necesito hablar con alguien de todo lo que me pasa y cómo me siento y Xander no es una opción. No es que crea que Nessa puede ser imparcial, pero seguro será más imparcial que Xander.

Cuando la veo en el interior de la cafetería donde quedamos en vernos, sonrío. No traje a Thea conmigo porque iré directamente al centro comercial para ver a Gretel, así que camino solitariamente hasta la mesa. Nessa me nota y se pone de pie.

—Hola —me abraza. A pesar de que nos hemos visto con frecuencia, el abrazo dura varios segundos y me siento reconfortada—. ¿Qué quieres desayunar?

—Un café —le digo, sentándome frente a ella.

Me observa, juiciosa. Sabe que algo pasa, pero mantiene la charla en su terreno hasta que tenemos nuestra comida. Me cuenta un poco de lo que está siendo trabajar con Román y no puedo evitar cierto alivio. Mi situación con Xander no es nada comparado al infierno que le está haciendo vivir el otro Davenport.

—Entonces, cuéntame...

—En realidad es una tontería —suspiro, echando más azúcar al café—. Creo que, si te lo digo, te reirás o me golpearás.

Ladea el rostro.

—Dime para que puedas comprobar mi reacción, al menos.

—Pues... —suspiro—, todo empezó el sábado. Volvíamos de la boda que organicé, que fue un poco desastrosa, y yo estaba agotada. Necesitaba relajarme —sigo—, y Xander me dio su teléfono para que ponga música. Tenía su cuenta de Instagram abierta y estaba en el perfil de una chica que va al mismo gimnasio que él.

—¿Y qué te dijo él?

—Me explicó que ella había comenzado a seguirlo, que se estaba fijando quién era y que solo intercambiaron algunas palabras cuando él la ayudó a salir de un ejercicio que le había salido mal —explico—, pero ese no es el punto.

—¿Cuál es, entonces?

—Estuve toda la noche sin poder dormir pensando en eso, pensando en Xander con esa chica, en que, quizás, él quiera algo con ella y...

—Realmente no creo que Xander quiera algo con alguien más.

—Me lo dijo —admito—, y, sin embargo, no puedo sacarme de la cabeza esa sensación de que, en cualquier momento, va a darse cuenta de que no valgo la pena y se buscará algo mejor. Quizás con ella u otra chica del gimnasio.

Vanessa me mira con algo parecido al horror.

—¿Tú realmente piensas eso? —cuando asiento, resopla—. Rebeca, Xander te ama.

Si tan solo fuera buena explicando lo que me pasa.

—No dudo de que Xander me quiera —susurro—, pero creo que podría darse cuenta de que no soy lo que él creía que sería y todo esto se irá al demonio pronto —sin parar, sigo—: Además, ayer vinieron sus padres y él parecía dispuesto a decirles que estamos juntos.

—¿Y sigues dudando de lo que siente? Los hombres no presentan novias a sus padres a menos de que vayan en serio.

—Tuve pánico —enfatizo—. Jamás sentí tanto terror de ver a sus padres. Los conozco desde hace años, pero me aterra que piensen... no sé, ni siquiera sé porqué me asusté tanto —confieso—, estoy tan... confundida por todo.