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Rebeca

Los próximos días con Xander se vuelven un juego peligroso. Apenas mantenemos las manos lejos del otro. Creo que estoy completamente insensible por la cantidad de sexo que hemos tenido y estoy brillando.

Lo único que podría terminar de mejorar mi vida es poder conseguir entradas para algún recital de Taylor Swift, pero parece una tarea imposible. Todos los recitales en este continente están agotados y mi alma swiftie se siente desgarrada.

—Vamos a caminar, Thea —llamo su atención cuando busco su collar y correa y lo ajusto a su cuello. Ya ha ganado peso, su pelaje brilla y, excepto por algunas heridas de batalla, nadie diría que estuvo en una construcción, medio moribunda.

Le envío un mensaje a Xander para avisarle que saldré. También hablo con mi padre, prometiendo llevar a Thea para que la conozca y juegue con su perro, Kipper. Después de ver cómo se comportó con los hijos de Willow, no tengo dudas de que podría integrarse a cualquier situación y Kipper se lleva bien con otros perros.

Caminamos por la avenida principal y me mantengo cerca de grupos de personas. Sé que eso no me garantiza seguridad, pero me hace sentir menos paranoica.

Miro algunos escaparates, pensando en la conversación que he tenido con Nessa. Su idea de renovar mi ropa parece cada vez más lógica. Esta mañana me puse una blusa que me recordó situaciones horribles, así que observo algunas ideas para venir otro día.

Llevo a Dorothea a un parque cerca de una escuela. La traje dos veces, pero amó este lugar, así que volvimos. Ama ir tras la pelota en el cesped y llega a casa agotada.

De regreso en el edificio, se acomoda en el sofá. Busco el portátil para hacer lo mismo y enviarle algunas cosas a una pareja con la que estoy trabajando e intento calmar a Petra. Discutió de nuevo con sus padres y la situación no está siendo sencilla. La boda es el sábado y, aunque todo lo demás está resuelto, eso no.

—Las bodas son complicas, Thea. No dejes que me case —rasco las orejas de Dorothea y hago algunas llamadas. Tengo que revisar que mi atuendo para la boda esté listo y también debo comenzar a enlistar todo lo que debo llevar.

Para cuando termino con el trabajo, cubro mis ojos con mi antebrazo. Thea se acomoda sobre mí como si fuera una extensión del sofá y me quedo en silencio.

Ayer fui al psicólogo y tuve algunos avances. Digamos que usé buena parte del espacio para hablar sobre los cambios en mi relación con Xander y cómo mi cabeza me juega en contra a veces.

También hablé con Michelle. No le dije mucho, porque todavía siento que es extraño, aunque me aseguró muchas veces que todo estaba bien.

Entreabro los ojos cuando la puerta se abre y Xander aparece. Dorothea le mueve la cola, pero no se levanta y Xan se ríe.

—Buenas tardes, chicas lindas —deja su abrigo y se acerca. Le da un beso a Thea entre las orejas y busca mi boca—. ¿Todo bien, Bec?

Asiento.

—Sólo quedamos agotadas por el paseo —le digo. Xander se inclina y vuelve a besarme para después sentarse en el otro extremo del sofá. Toma mis piernas, sus dedos acarician mis pantorrillas distraídamente—. ¿El trabajo?

—Aburrido. Ya quería regresar —susurra—. Estaba pensando —se acomoda mejor—, que podríamos ir a un bar o hacer algo mañana por la noche —dice—. Duncan quiere que conozcamos a alguien.

Sonrío.

—¿Duncan conoce a alguien?

—La chica lo está volviendo loco.

Se busca amor |Davenport #1| +21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora