Xander
La casa huele a ella. Cada centímetro está cubierto por su esencia, incluso aquellos que no recorrió y me siento quemado, abrasado por la presencia de Rebeca en el lugar.
Camino hacia el balcón, como si eso pudiera ofrecerme algún tipo de liberación, pero no sucede. Su olor está dentro de mí, en los lugares de mi mente que no puedo sacar.
Respiro el aire fresco de la ciudad cuando una punzada me recorre la sien debido al golpe que me di. Todavía estoy procesando cómo es que Walter me llevó al hospital con tanta rapidez, pero lo agradezco, porque no sé qué hubiera pasado de no ser así.
—Mierda —me quejo y regreso al interior. Me dejo caer en el sofá y cierro los ojos por unos segundos, pensando en los sentimientos que me recorrieron cuando vi a Rebeca y su expresión preocupada cuando ingresó a la habitación de hospital.
Todo se removió dentro de mí. El mareo no ayudó a que me sintiera mejor y los medicamentos contribuyeron bastante a que dijera tonterías mientras ella estaba cuidando de mí.
La aprehensión me llena el abdomen al pensar en los gritos que escuché por parte de su novio ayer en la llamada que tuvo a centímetros de mí y pienso en lo mucho que me gustaría que ella se de cuenta que la manipulación y la violencia que ese tipo ejerce sobre ella no son normales y no están bien, pero también sé que, si Rebeca está atrapada en una relación abusiva, no puedo hacer más que esperar, apoyarla y rogar para que Daniel no haga nada contra ella. A pesar del notable desmejore físico, no vi marcas en ella que pudieran indicar que él le pusiera las manos encima y quiero pensar que ella no se quedaría con él.
Sin embargo, he visto lo manipulador que puede ser Daniel, lo tóxico y enfermizo de su trato con ella, pero no puedo sacarla de allí si ella no quiere irse.
Busco mi teléfono, le respondo a Román su último mensaje preguntando cómo estoy y encuentro el chat con Nessa. La conozco desde hace mucho tiempo. Menos años que Rebeca, pero nuestra amistad es casi igual de buena, aunque ella es... particular. Su trabajo nocturno hace que sea más difícil encontrar un momento para vernos, pero le escribo para saber cómo está y, luego, escribo al grupo con mis primos.
Xander: Despierten, bastardos.
Duncan: Vaya, el golpe en la cabeza te afectó.
Entrecierro los ojos.
Xander: @roman, entrometido.
Mi otro primo se demora unos segundos en responder.
Román: Necesitaba estar seguro de que seguíamos siendo tres los herederos Davenport.
Román: Por cierto, cómo está tu enfermera????
Duncan: Contexto.
Me froto las sienes y arrojo el teléfono a un lado sin ánimos de responder su pregunta sobre Rebeca, pero sé que no va a demorarse en llamar o aparecerse por aquí para exprimir la información sobre nosotros. El maldito idiota.
Enciendo el televisor para distraerme, pero es imposible. Finjo no recordar el despertar que tuve, aunque la curva del culo de Rebeca presionada contra mi entrepierna es un recuerdo vívido en mi mente, uno que me toma desprevenido a cada rato, cada vez que creo que lo he superado. Estaba dormido cuando me pegué a ella, claramente, pero estaba semiconsciente cuando la acerqué más, entremezclando mis fantasías con la realidad de pegarme como garrapata a mi mejor amiga, una mujer que tiene un novio al que, sin dudas, le es fiel.
Suelto un resoplido.
Miro mi teléfono, de nuevo. El mensaje de Román notificándome que vendrá para el almuerzo me hace poner los ojos en blanco, pero no contesto. Suficiente con el aviso de lectura. De todos modos, aunque le diga que no, vendrá.
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Se busca amor |Davenport #1| +21
RomanceRebeca y Xander son amigos desde pequeños. Mientras que él se dedica a la arquitectura para la empresa de su primo, ella es una organizadora de bodas. Xander ama a Rebeca, suspira por ella y desea que su mejor amiga y compañera de piso le responda...