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— Oiga profesora. – hablo un joven de ojos verdes luego que la mujer dijera que tendrían la hora libre. La mujer le miró y el chico sonrió, logrando que un rubio riera. — ¿Usted que piensa de los rumores de que Lord Voldemort puede volver?

El silencio fue sepulcral, las distintas platicas que se oían ya no lo hacían. La mujer por su parte relamio sus labios y observó fijamente los ojos verdes del chico.

— Bueno Potter, creo que sin duda tu padre tiene mucho que opinar. Pero entiendo que quieras escuchar las distintas opiniones. – dijo al ver qué Albus ya se está a arrepintiendo de preguntar sobre el tema. — Lord Voldemort logró causar el terror en ambos mundos por más de una década, se encargó de arruinarle cada año de su vida a tu padre, pero el señor Potter, él se encargó de que no haya manera alguna de que regrese. Así que estoy muy segura de que no hay que preocuparse por un mago tenebroso muerto, sino de aquellos que admiran lo que hizo en su momento, la afición suele llegar muy lejos.

— Así cómo tú padre, ¿No, Malfoy? – se burló un Gryffindor haciendo que Amaris alzará una ceja, miró al rubio que apretaba su mandíbula, los roles habían cambiado.

— No permitiré este tipo de comentarios dentro de mi clase, Wood. – le advirtió y el chico asintió mirando mal al Malfoy. — Ni dentro ni delante de mí. Es advertencia general, ¿Queda claro?

— Sí, profesora. – respondieron algunos y Amaris asintió.

— ¿Y de los mortifagos? ¿Que opinión tiene? – la rubia encontró unos ojos grises.

— Cambiemos la pregunta a qué opinión tiene de mí, son tal miserables como al mismo que seguían, ¿Por qué no nos enseña su marca, señor Malfoy?

El hombre estaba listo para responder de la manera que solía y sabía hacerlo.

— No. – le cortó de inmediato la de ojos azules ganando una mala mirada. — Ya fue suficiente Wood, quiero eso para...estamos en viernes, creo que un fin de semana es mucho, lo quiero el lunes a primera hora, si no está tal cómo lo indica tienes calificación reprobatoria. Y cien puntos menos para Gryffindor.

Las quejas de los Gryffindor empezaron a sonar de inmediato, unos pidiendo a la profesora que se los devolviera, otros insultando al chico mientras que al Gryffindor se le salían los ojos al ver todas las actividades.

— Profesora, no me dará tiempo de terminar todo esto en dos días, son actividades que se terminan en mes y medio a lo poco.

— Entonces tendrás que cancelar tus planes, y empezar desde hoy. Quizá así no tengas tiempo de insultar a la gente, y ojalá puedas recuperar esos puntos que le hiciste perder a tu casa. Para que veas que no soy mala, pueden salir, la clase ha terminado.

La mujer acomodó unas cuantas cosas de su escritorio mientras sus alumnos salían.

— Wood. – le habló y este quejo con cara de preocupación. — Si encuentro trampas entonces no querrás saber si es peor Voldemort o yo.

El chico trago en seco y salió del aula, Amaris miró a Draco quien mantenia una sonrisa.

— Dios mío, ahora definitivamente es mi profesora favorita. – murmuró Albus viendo a la mujer y su amigo rió. — No levantaría quejas si me termina de criar.

— Lo sé, es la primera que hace algo ante un comentario. – aquello lo decía Scorpius mirando tan agradecido a la mujer, llevaba años siendo humillado por el resto pues su padre era un mortifago y sus abuelos, su familia lo era y era un Slytherin muy distinto a todos.

— Jamás imaginé verte hablando como tú padre. – le dijo burlón para Amaris rodar los ojos.

— Ese es un gran insulto, Malfoy. – dijo dejando sus cosas y recargandose en su escritorio.

𝓐𝓮𝓽𝓮𝓻𝓷𝓾𝓶 [𝚆𝚑𝚊𝚝 𝚑𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗𝚎𝚍?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora