[30]

155 22 5
                                    

Una joven rubia de gran porte, se encontraba sentada entre gente que lucia elegante, se saludaban entre ellos y esperaban a que saliera alguien para presentarse en el escenario.

Las personas que le rodeaban normalmente eran adultos pasados de los treinta años mientras que ella no pasaba ni de los veinticinco.

La joven llevaba un vestido sencillo para la ocasión pero que al ella portarlo lo hacía ver maravilloso, era uno color negro con una apertura que dejaba ver su pierna derecha, con un escote v y las mangas caídas. Sus labios luciendo con gloss, sin más cantidad de maquillaje más que un ligero delineado y sus pestañas enchinadas, con su cabellera rubia suelta y alaciado.

Miraba a su alrededor sin mucho interés, sabiendo perfectamente que ganaba miradas de hombres que tenían el descaro de verla aún con sus esposas junto, a lo cual la joven le restaba importancia pues solo iba a hacerse de algún artefacto u obra que le gustará para ponerla en su mansión.

— Creo que están tardando más de lo que decía la invitación. – escuchó a su lado y asintió sin interés al ver qué un hombre estaba por subir al escenario y por fin comenzar. — Te conozco, ¿No?

La joven volteó a verlo y encontró a un castaño que le sonreía con amabilidad quien asentía repetidas veces.

— Claro que sí, no creí encontrarte aquí. ¿No deberías estar muerta? – Amaris no se mostró afectada por ello y cuando estaba por responder la subasta había comenzado.

Por más que la rubia no lo demostrará aquello la había dejado inquieta, pues no recordaba ni poco de quién era el hombre joven que se encontraba sentado a un lado suyo, calculaba que debía tener su edad o tan solo unos dos años más, lo que la llevó a hacer una revisión rápida por su mente cada rostro en Hogwarts de los que habían estudiado con ella y los que eran un poco mayores.

La mente de Amaris trabajaba con rapidez tratando de dar con quién era el hombre, mientras lo hacía también ponía atención a la subasta para que el castaño no se diera cuenta de que aquel comentario le había afectado, pues no sabía quién era y no podía dejarse ver vulnerable, mucho menos si era que el hombre no tenía muy claro sus ideas y solo sospechaba quien era.

Repasaba nombres de las personas que podrían ser y simplemente ninguno cuadraba, incluso buscó en su memoria gente muggle que conociera y supiera de ella como bruja, sin embargo no lograba encontrar nada.

Mientras que por el lado del castaño, miraba con duda a la rubia, estaba casi seguro que a la joven que tenía de frente de trataba de Amaris Snape, pero de verla y notar que no había reaccionado solo lograba apenarse pues quizá se había confundido y ahora había quedado como un loco. La mujer seguía como si nada ignorandolo lo que hizo que el hombre realmente dudara de sus ideas, la seguridad que mostraba lograban que casi se disculpara pero luego recordó que eso es algo que la Snape haría.

En cuanto la subasta terminó y luego de que ambos terminarán con algo que llevarse, cuando la mujer estaba por irse el se levantó siguiéndola mientras se abrochaba el botón de su saco.

— Recuerdo que eras más educada, tal vez ahora que ya no estás acompañada de tus amistades ahora se te ha ido la educación.

Amaris giró sobre sus talones para mirar al home que al ver el rostro de la rubia, le mostró una cálida sonrisa.

— O tal vez no me recuerdas. – agregó y le regaló una sonrisa ladina. — Andrew Sayre. – el rostro de Amaris se ablandó un poco al recordar de quién se trataba.

[ · · · ]

La chica miraba a lo lejos la familia de castaños con la que en algún momento había convivido y reído, pasó su mirada a la cabellera pelirroja que abrazaba por la cintura a la castaña más joven.

𝓐𝓮𝓽𝓮𝓻𝓷𝓾𝓶 [𝚆𝚑𝚊𝚝 𝚑𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗𝚎𝚍?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora