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Dominic miraba tranquilamente el profeta mientras desayunaba en el gran comedor hasta que dos compañías se hicieron presentes.

— Así pareces un señor, Sayre. – comentó el Potter que agarraba unas cuantas uvas. — Mi papá se la pasa en esa exacta posición mientras lee el profeta con un enorme interés y al terminarlo lo dobla como todo un experto y nos muestra un rostro en el que su entrecejo se frunce y comienza a decirle a mi mamá que lo que lee son puras tonterías.

— ¿Ya es rutina? – preguntó el rubio antes de pegarle una mordida a su manzana y en respuesta recibió un asentamiento del Potter.

Sayre dobló el profeta y lo dejó en la mesa para luego darle un sorbo a su jugo de calabaza.

— Justo. – señaló con su dedo índice. — Así lo dobla y se me había pasado que justo así bebe de su café y es cuando entonces se queja.

— No sé si me es una ofensa que me digas señor o un halago que digas que me parezco a Harry Potter.

— Supongo que un poco de ambas. – opinó Malfoy y el Slytherin mayor mostró una sonrisa ladina soltando un sonido similar a una risa.

— ¿No deberían estar ahora mismo en clase?– les preguntó frunciendo el entrecejo al darse cuenta de ello.

— En todo caso tú también deberías estarlo. – dio respuesta el rubio.

— El profesor ha tenido que salir de imprevisto así que tengo dos horas libres. – explicó agarrando un durazno. — ¿Ustedes? – preguntó a la vez que miraba por detrás de los dos chicos, topandose con un par de ojos pertenecientes a un Gryffindor.

— Se ha cancelado la clase. – respondió Albus.

— ¿Ah sí? ¿Y eso? ¿Quién se las ha cancelado? – les preguntó frunciendo el entrecejo.

— Sí, la hemos cancelado nosotros. – el rostro de Dominic se relajo y desapareció todo rastro de confusión para mirar los ojos grises del Malfoy y sonreírle.

— Oh vaya que cómicos, si es que no terminan los estudios lo cual parece ser que va por ahí, podrían dedicarse a ser payasos en el mundo muggle.

— Dirás lo que quieras pero al menos te he sacado una sonrisa. – sonrió ladinamente el rubio y Dominic se pudo percatar de la mirada coqueta que este le daba.

— Mhmm, bueno ese es un punto a favor pero cuando me vean soltar la carcajada entonces será cuando puedan salir del colegio para dedicarse a lo que les he dicho.

— Tal vez en el año que te queda podamos demostrarte que somos más buenos para eso que para el colegio. – dijo Albus y Dominic se encogia de hombros mientras mordía su durazno y miraba al Potter que realmente le interesaba.

Una confusión le inhundaba pues ansiaba por ver los ojos del Potter pero también sentía un cosquilleo al mirar los ojos grises del Malfoy.

Aunque Albus no tenía la culpa de no atraerle al Sayre y como castigo ser ignorado cada que hablaba, pues la atención siempre la tenía Scorpius o James aunque obviamente ninguno de los dos Slytherin se daban cuenta de ello. Incluso ni el mismo Sayre se daba cuenta de ello, inconcientemente lo había comenzado a hacer desde hace ya un rato.

Con la mirada solía buscar disimuladamente al Potter en sus clases, y ponía toda su atención al Malfoy y extrañamente le regalaba sonrisas como nunca lo había hecho con nadie.

Dominic sabía que había algo de aquellos dos chicos que cambiaba pues no hacia ni se comportaba así con el resto, sin embargo no sabía que era. Cabe aclarar que Dominic Sayre tenía en claro su preferencia por los hombres pero tal vez no lograba admitir que sentía atracción por aquellos dos y quizá así sería hasta que actuará más, o que alguien se lo diga tal vez, realmente no lo sabía y tampoco admitía que le gustaba al Potter mayor y al Malfoy.

𝓐𝓮𝓽𝓮𝓻𝓷𝓾𝓶 [𝚆𝚑𝚊𝚝 𝚑𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗𝚎𝚍?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora