𝓐𝓮𝓽𝓮𝓻𝓷𝓾𝓶 [𝚆𝚑𝚊𝚝 𝚑𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗𝚎𝚍?]

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Miró a su alrededor, la estación lucía diferente... era vieja, los trenes...la iluminación incluso era distinta.

El chico cruzó el muro y vió a su alrededor adultos y niños menores de once, debía ser primero de septiembre eso era obvio, pero la cuestión era se que año. Miro el reloj, el tren ya había arrancado.

Guardo el giratiempo por debajo de su camisa, y se introdujo dentro del tren escarlata mediante una aparición. Estaba nervioso y caminaba con rapidez sin fijarse bien por dónde iba o si chocaba con alguien, pero como lo haría si el pasillo estaba casi vacío, y justamente por confiarse fue que le sucedió.

— Lo siento, lo siento. – murmuró con rapidez muy apenado hasta que vio que se trataba de un adulto, no lo reconocía, no sabía nada de Hogwarts y su pasado así que cualquier adulto o alumno que viera, no le reconocería.

— Veo que tienes prisa. – sonrió de manera extraña y dio una pequeña risa. — Pero es bueno porque de no ser así no encontrarás asientos ni compartimentos, es por eso mejor siempre llegar temprano o apartar con un amigo.

— Claro. – respondió con seriedad pero con un tono de incómodo.

— Ten más cuidado jovencito. – sugirió y Dominic asintió sin prestarle mucha atención hasta que vio que los ojos de aquel hombre se agradaban , el joven movió su mano con rapidez hacia la derecha y luego le sonrió al hombre regordete. — Fabuloso, ¿Cómo es posible que...?

— Cuestión de práctica, gusto en conocerlo... – le dijo nervioso, no quería darse a notar y al hacer magia sin varita era lo primero que hacía.

— ¿Cuál es tu nombre? – le detuvo y el castaño lo dudo.

— Dominic Sayre, señor. – respondió sin prestar mucha atención tratando de encontrar a la joven rubia de ojos azules entre las pocas personas que habían.

— Sayre...que extraño, creí que todos los Sayre asistían a Ilvermorny. – dijo confundido. — Es obvio porque...

— Isolt Sayre es la fundadora de Ilvermorny, sí, pero...– el chico comenzó a pensar en una mentira pero no se le ocurría nada. — He querido ser la excepción de la familia.

— ¿Y a que casa perteneces? – preguntó intrigado.

— A Slytherin. – respondió de inmediato, al menos eso no era mentira.

— Execelente, antes solía ser el jefe de casa de Slytherin, que maravilloso tener a un Sayre en ella, y más al saber que hace magia sin varita. – sonrió enormemente.

— Lo siento, no me ha dicho su nombre.

— Horace Slughorn, profesor de pociones. – le extendió la mano con un gran brillo en los ojos.

— Claro, lo siento profesor, si me permite debo buscar un asiento, si es que hay porque he llegado muy tarde.

— ¿Por qué no te sientas conmigo? Sirve que me ayudas para llamar a los demás de club de eminencias y sin duda tu serás parte.

Dominic asintió no muy a gusto, estaba perdiendo el tiempo, así no podría encontrar a su madre, pero entonces sus oídos escucharon justamente el nombre que quería oír.

— Mandaré s otros chicos por más, hay una chica a la que quiero que busques ya que es de tu casa quizá la conozcas, toma. – extendió un rollo de pergamino. — Amaris Snape.

Fue cuando Sayre estaba más que feliz de haber chocado con aquel profesor.

— Los espero allá. – dio una palmadita en su hombro y Dominic asintió.