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—No sé si estoy lista para esto, Amaris. – le tomó de la mano Hermione al ver qué lo único que faltaba para viajar era que diera los giros al pequeño artefacto.

— Las cosa no saldrán tan mal. – dijo acariciando con su pulgar su mejilla.

— Eso no me consuela ni poquito. – le miró mal y la de ojos azules sonrió.

— No puedo prometerte algo que no puedo cumplir, no tengo la menor idea de cuál sea mi destino.

— Bien, ya cállate, cada que sale una palabra de tu boca solo haces que disminuya la poca esperanza que me queda. – la pelinegra se encogió de hombros y recibió un beso en los labios por parte de la ministra. — Eres pésima ayuda con las palabras para los momentos difíciles.

— De acuerdo. – la tomó de los hombros mirándola fijamente. — Todo lo que verás ya lo viviste, sé que seguramente revivir esos momentos no te vendrán ni poco bien, pero ya pasó, no podemos hacer nada al respecto y necesito que te enfoques en no salir herida por algún hechizo perdido y no mires cosas que sabes que sucederán y te lastiman, también recuerda buscar a Dominic en caso de que quiera desquitar su molestia contigo.

Y antes de que Hermione pudiera hablar vio como todo a su alrededor pasaba con rapidez, nada era visible y comenzaba a marearse por ello.

Amaris miró a su alrededor y les quitó el giratiempo para guardarlo por debajo de su camisa.

— Debemos ir a Hogwarts. – la tomó de la mano caminando con rapidez y luego hacer una aparición.

— No comprendo nada.

— Ya te he dicho que te lo explicaré después cuando esté segura de que las cosas estén tranquilas. Por ahora por favor no te distraigas y cubrete.

Amaris caminaba con rapidez muy atenta de Hermione, pues se encontraba atrás suyo lo que no le terminó pareciendo y le puso delante suyo para verle.

— Camina a la torre de astronomía. – indicó estando muy alerta de que nadie les atacará, notaba el nerviosismo de la castaña y sabía que así sería, pero no tenía ningún conflicto con defender a las dos.

— ¿Estás segura de que lo encontraremos? – le pregunto avanzando.

—Este día en este año el tiene mucho que observar sobre mi, no lo sé. Sin importar lo que vea el solo verá lo que quiera ver. Además tenemos la ventaja de que él no está familiarizado con Amaris adolescente, lo que le hará difícil el trabajo de encontrarme entre todas estas personas. – dijo una vez que llegaban a la torre de astronomía y miraban toda la guerra.

— Es difícil olvidar todas las personas que murieron hoy. – dijo Hermione mirando aquello, mientras Amaris asentía.

— ¿En este momento quien tiene el mapa de los merodeadores? – cuestionó mirando la nada y sin esperar respuesta sus dedos se movieron ligeramente.

— Debe tenerlo Harry. – para cuándo dio respuesta el mapa se encontraba en las manos de la mujer pelinegra.

Tras decir las palabras, extendió el pergamino y comenzó a buscar el nombre de Dominic Sayre.

— No está. – guardó el mapa y tomó de la mano a Hermione para hacer una aparición.

Tras varios minutos en las que pasaban viajando de día en día del 98 no lograban encontrar al chico, Amaris permanecí tranquila pero con una seriedad y frialdad que le incomodaban un poco a Hermione.

— Ya basta. – le tomó de la mano exhausta al ver que Amaris estaba por volver hacer otro viaje. La de ojos azules le miró en espera y la castaña le quitó el giratiempo para luego sentarse en las escaleras que subían al despacho del director de Hogwarts. — No está aquí, Ama. Lo mejor será regresar y seguro que él estará ahí.

𝓐𝓮𝓽𝓮𝓻𝓷𝓾𝓶 [𝚆𝚑𝚊𝚝 𝚑𝚊𝚙𝚙𝚎𝚗𝚎𝚍?]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora