.Ilaria.
Había estado en cama casi dos días. Ya no podía más. Su tobillo aún le dolía al apoyarlo, debía sostenerse de algo si quería dar un paso. Llevaba puesto su vestido de seda blanco de dormir, le dejaba la mitad de los hombros descubiertos y el resto del brazo. Y gracias a eso logró ver la herida de su brazo ahora vendada. Aún le dolía si la tocaba, se veía la piel amoratado a su alrededor y en la venda había una gran mancha de sangre.
Estaba de pie frente a su tocador viéndose fijamente en el espejo mientras se sostenía de él cuando escuchó que alguien tocaba la puerta de su habitación.
—Adelante—dijo ella.
Cuando la puerta se abrió Zadckiel apareció detrás de ella y no espero nada para empezar a reclamarle.
—¿Que haces de pie? Debes estar en cama—se quejó.
—No empieces, ¿Si?—se quejó ella.
Él se acercó rápidamente hacia ella cuando vio que al dar un paso su tobillo habia fallado y estuvo a punto de caer, solo que él llegó a tiempo para impedirlo. Ganándose las mitades correctas entre gratitud y desprecio por parte de ella.
—Oye, con cuidado—le dijo él llevándola hasta su cama donde ella se sentó de mala gana—¿Que pensabas? ¿Que hacias de pie?
—No pienso estar en esta cama más tiempo.
—Debes hacerlo, casi mueres, Ilaria, no te tomes esto a la ligera.
—¡¿Crees que no lo sé?! ¡¿Crees que el hecho de que el príncipe de Ikary estuvo a nada de acabar conmigo se me va a olvidar tan fácilmente?! ¡¿Crees que logro olvidar que hay un chico en la enfermería debatiéndose entre la vida y la muerte, pagando el precio por salvarme la vida?! ¡¿Crees que puedo tomarme eso a la ligera?!—le gritó ella ahora irritada a punto de llorar.
Esa era su meta, deseaba salir de su habitación e ir a la enfermería, hacia días que deseaba hacerlo, pero no tenía la fuerza para levantarse de su cama. La culpa la carcomia internamente, no podía soportarlo.
El rostro serio de Zadckiel se suavizó.
—Sé que lo que pasaste fue difícil...
—No, no lo sabes, no estuviste ahí—lo interrumpió.
—No, no estuve ahí, pero estuve aquí preocupado por tí, y enojado con todo Ikary por esto—sentenció arrodillándose frente a ella—Con Evan redoblamos la seguridad, enviamos guardias al bosque, al lugar donde los atacaron para que investigaran, y buscamos a los mejores médicos para que atendieran a Aramis. No hemos descansado, y no lo haremos hasta que todo Ikary pague.
No, en ese momento no le interesaba vengarse de Ikary, ya lo haría en su momento. En ese momento le preocupaba una cosa.
—¿Cómo está?—susurró ella.
El rostro de Zadckiel se contrajo al oírla y tragó antes de responder.
—Los doctores no son optimistas—respondió.
Su labio le temblaba.
—Quiero verlo.
—Ari, no creo que...
—Zadckiel, por favor—le pidió—Necesito verlo, es mi culpa que él esté en esta situación.
—No es tu culpa.
—Quiero verlo—repitió.
Él dudo visiblemente durante lo que a ella le pareció una eternidad hasta que vio que comenzó a asentir con la cabeza. Sabía perfectamente que el conocía sus pensamientos y preocupaciones. Eso y que no confiaba en que ella dejaría el tema si el la dejaba sola.
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LA ESPOSA DEL REY {Los Cuatro Reinos #1}
FantasyNi ser llamado valiente justifica las heridas, ni vivir como un cobarde garantiza paz. Las cicatrices que verdaderamente importan no están en la carne, sino en el alma, donde el dolor es silencioso pero insoportable, y cada latido es un recordatori...