.Ilaria.
—¡¿Te has vuelto loca?!Casi podría jurar que esas palabras venían de la boca de Zadckiel, pero extrañamente no eran así. Provenían nada más y nada menos que de su tío.
Ya no se encontraban en la sala del trono. Luego de que aceptara la tan sorprendente y radical propuesta de matrimonio, ella se encontraba frente al gran ventanal en la habitación de su tío. El rey se encontraba caminando por toda la habitación pasando su mano por su cabeza completamente furioso. Mientras tanto, Zadckiel solo se mantenía sentado en la cama del rey, con la mirada en suelo y encorvado sobre sus rodillas.
Ella pensaba que el silencio era la forma de expresar su descontento.
Pero por mucho que la torturara, ya fuera con palabras o con silencio, su decisión ya estaba tomada. Aunque eso no fuera de su agrado.Pero a su tío no le importaba en lo más mínimo.
—¡Es el enemigo, Ilaria! ¡¿Casarte con el enemigo?! ¡¿Unirte a las personas que más odias en esta vida y en la siguiente?!—espetó Evan a espaldas de ella—¡¿De verdad crees que con eso lograrás algo?!
Ella con sus brazos cruzados se volteo hacia él y observó su rostro enrojecido.
—¿Crees que lo hago por puro gusto? ¿Crees que cumplo mi mayor deseo?—preguntó la princesa con ironía—No. Lo que hago es por el bien de mi familia y del reino, mi reino.
—¿Casandote con el chico que quiso matarte?
—Ya te dije que eso jamás lo olvidaré, y no creas que este matrimonio simboliza una sola pisca de amor entre Hizzan y yo, Evan, eso jamás.
—Sabes que el matrimonio es una ley sagrada. ¿Que pretendes con esto?
—Acercarme, Evan; entrar a Ikary de algún modo era mi plan, pero no encontraba una manera de...
—¿Y esta es?—interrumpió Zadckiel con voz grave desde su posición en la cama de Evan sorprendiendo a el rey y la princesa—¿Está es la manera que buscabas de infiltrarte en su palacio?
No sé habia movido de su lugar.
—Conocias mi plan, Zadckiel, buscaba una oportunidad y al fin llegó—trató de explicarle.
—¡No de esta manera! No pienses que te entregaremos a sus manos para que encuentres una debilidad en ellos—espetó Zadckiel levantandose de la cama para acercarse.
—Nadie me entregará, yo lo estoy eligiendo. ¡Es mi decisión!—pronunció.
—¡Una decisión que involucra a todo el reino, Ilaria! ¡No puedes tomarlo a la ligera! ¡Ya no eres una niña!—refutó Evan.
—¡No!—gritó Ilaria empezando a frustrarse—¡Ya no lo soy! ¡Ya no soy esa niña ingenua que solo seguía órdenes! ¡Ahora soy yo quien decide por mi, quien se arriesga si eso quiere! ¡Y yo seré la que tome el control de esto, así sea que me apoyen o no!
Fueron las últimas palabras que pronunció antes de salir de la recamara del rey rápidamente. Cruzo cada corredor y pasillo hasta que llegó al gran balcón por aire. Llevó sus manos su pecho y estómago tratando de que su respiración se hiciera constante.
No podía creer todo lo que pasaba. Pensó en mil maneras en las que podía poner en marcha su plan para poder terminar de una vez con sus enemigos más crueles. Todas en vano, pero jamás pensó que la manera de hacerlo era aquella, contrayendo matrimonio con la misma persona que la había atacado semanas atrás. La misma que caminaba ahora a sus espaldas.
—¿Pensando en nuestra boda, alteza real?—preguntó el principe.
Ilaria se giró algo sorprendida al oír su voz.
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LA ESPOSA DEL REY {Los Cuatro Reinos #1}
FantasyNi ser llamado valiente justifica las heridas, ni vivir como un cobarde garantiza paz. Las cicatrices que verdaderamente importan no están en la carne, sino en el alma, donde el dolor es silencioso pero insoportable, y cada latido es un recordatori...