Capitulo 37

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.Ilaria.

Silencio.

Lo único que escuchaban sus oídos era el ruido de las hojas en los árboles moviéndose con el viento, el agua cayendo cerca de ella, y el canto de algunas aves. No había sido capas de emitir una sola palabra luego de escuchar las últimas palabras de Hizzan. Él aún se mantenía frente a ella. También en silencio.

Respiraba con dificultad.

—¿Que...?—trató de decir—¿Que dices? Eso no puede ser verdad, ¿Cómo podría?

El principe bajó su mirada a las rocas.

—Lo es, Ilaria—respondió suspirando—Yo no soy Hizzan. Y Dattmon no es mi padre.

—No...no, no entiendo nada.

—Esa noche traté de explicártelo, pero no me diste la oportunidad; y lo entiendo.

Ella volvió a caer sentada sobre aquella roca enorme. Él parecía contrariado, y en un momento, enojado. La princesa no daba crédito a lo que él trataba de decirle. No comprendia como algo así podía ser cierto. Su mente ya se había cansado, habia recibido mucho en pocas horas. Descubrió quien era su padre, su mejor amigo la había traicionado, su tío lo había mentido, su tío ahora estaba malherido, creía que su esposo era su hermano; pero ahora él dice lo contrario. ¿Que podía estar pasandole a su vida?

—¿Cómo puede ser eso posible, Hizzan?

—Es más fácil de lo que crees. Pero no es todo.

—¿Qué más?

No dijo nada cuando vio al principe, o quien quería que sea, acercarse a ella y sentarse a su lado. Él quería serlo, quería ser sincero. Se le notaba en los ojos. Ella lo veía claramente.

—Yo no soy Hizzan, el príncipe de Ikary,...pero tampoco pertenezco a ese reino.

Ella jadeaba levemente detrás de todas las dudas que surcaban en su cabeza.

—¿Que?

—Lo que escuchaste.

Estaba irritandose.

—Más te vale explicarme, Hizzan, porque no estoy entendiendo nada—le exigió girandose hacia él—¿Qué es lo que está pasando? ¿Por qué dices no ser... tú?

Ella vió como el chico a su lado relamió sus labios antes de girarse a ella suspirando.

—¿Recuerdas que te hablé de la esposa de Dattmon, y de su hijo?—preguntó haciendo que ella asintiera—La joven que murió a causa de aquella feroz enfermedad que asotó los cuatro reinos. La joven murió, según la historia; murió dejando dejando a un niño de tres años con su padre. Pero eso no era cierto.

>>Aquella enfermedad no solo dejó viudo al entonces principe, sino que también lo había dejado sin un heredero. El pequeño príncipe contrajo la misma enfermedad, y murió pocos días después que su madre. Fue algo que destrozó a la familia Alarick, pero fue algo que nunca dieron a conocer. No podían permitirse un escándalo de tal magnitud. De esa manera buscaron todas las soliciones posibles. Pero claro, ignorando completamente la más cercana. Los Alarick jamás permitirían que una mujer tomara el trono que durante años perteneció a los hombre de su familia, y no les importaba siquiera la hermana de Dattmon.

>>Dattmon durante mucho tiempo busco a cada mujer del reino dispuesta a darle un heredero, pero por obra de los dioses, ninguna logró concebir. Dattmon se estaba volviendo loco a la idea de que conocieran la perdida que había sufrido su corona, y no podían permitirse eso. Fue por eso que un día, de la nada y sin previo aviso, visitó las tierras de Armar al solicitar una reunión. Aquel día que por primera y última vez había visto el rostro de un retoño al que le había dado la espalda. Pero para su desgracia, era una niña. Eso avivó más y más el desprecio hacia la princesa de Armar, quien no hacía más que entregarle su vida entera a la pequeña. Aquel día, lleno de rabia, el príncipe buscaba regresar a su palacio y buscar una solución. Una que llegó mucho antes de lo esperado.

LA ESPOSA DEL REY {Los Cuatro Reinos #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora