Capitulo 15

106 12 0
                                    

.Ilaria.


No sabía que pensar. Es decir, ¿Por qué el rey de Ikary se dirigía hacia Armar? No, eso no era algo bueno.

Se encontraba junto a su tío en la sala del trono. El rey sentado en su trono, vestido completamente elegante como de costumbre en una visita real. Ella en el anexo del trono con su vestido verde elegante y una tiara plantada con pequeños adornos que caían por su cabeza y frente en el peinado semi recogido que llevaba.

No había dejado de juguetear con sus dedos en su regazo por los nervios que la atormentaban.

Por otro lado, Zadckiel se encontraba con su usuales ropajes de cuero y su espada en su cinturón. Se encontraba caminando de lado a lado frente a su anexo.

—Por los dioses, ¿Por qué vendría aquí?—preguntó luego de un rato, nuevamente.

—Sé lo mismo que tú, Zadckiel—le respondió el rey con rostro endurecido bajo la corona de plata que llevaba.

—¿Querrá iniciar la guerra nuevamente?

—No puede hacerlo—murmuró ella pasando su mirada hacia su tío mientras llevaba una de sus manos al posabrazos del trono—¿Cierto?

El rey por primera vez después de muchos minutos le dirigió la mirada y colocó su mano sobre la de ella para darle algo de calma.

—No según los acuerdos—respondió el rey sin soltar su mano pasando la mirada nuevamente hacia el salón repleto de guardias—No puede anunciar su visita y luego iniciar una guerra en un reino ajeno, ningún rey puede hacerlo. Es la ley.

—¿Y si lo hace? Ya sabes cómo es Dattmon Alarick, no puedes confiarte—dijo Zadckiel detenidose unos instantes.

—Al hacerlo rompería los acuerdos sellados hace muchos años. Se enfrentaria no solo a nosotros, sino a diversos lores o cualquier personaje de autoridad que se digne en participar. Además se enfrentaria también a los otros dos gobernantes de los otros reinos y a sus ejércitos.

Esa pequeña parte la sabía perfectamente, sabia que en el caso del rey Dhoss de Kemp, jamás aceptaría un ultraje como ese; él y muchos más era una de las personas que ansiaban con todo que esa desquiciada guerra terminara. Apesar no conocer mucho sobre la reina Atrís, sabía que era la soberana más pasifica de todas, y que de algún modo colaboraría para fianalisar una rebelión. En otro caso, los lores principales de cada reino, pese a no formar de mucha importancia en los asustos del reino, siempre se veían fieles a las normas y leyes que fueron impuestas desde hacia miles de años.

Con la respiración cortada, trató de suspirar.

—¿En la carta no decía el motivo de su visita?—preguntó ella sin dejar su angustia.

—Solo que quería dar una...solución ante nuestra guerra. Y no sé cómo tomar eso.

—No creo que puedan dar ninguna solución, a no ser que nos ejecuten a todos—murmuró Zadckiel.

—Zadckiel...—advirtió el rey en voz baja.

—De igual manera... no bajaremos la guardia—dijo Zadckiel aún sin detenerse en su caminar—Jamás nos doblegaremos ante Ikary.

Cuando lo dijo Ilaria volvía a suspirar, sintiendo el peso de un extraño sentimento sobre su corazon. Pero se acomodó nuevamente en su lugar cuando vió a Pearcy subir las escaleras y llegar ante ellos inclinandose.

—El rey Dattmon y su hijo el principe han llegado, su majestad—informó haciendo que Zadckiel se detuviera—Mis hombres ya están en posición.

Ilaria pasó su mirada hacia la gran cantidad de guardias que se encontraban en el salón. Ubicados en dos largas hileras, formaban un camino ancho que llevaba desde las grandes puertas hasta el pie de las escaleras. Eso sin contar los guardias en cada esquina del salón, y otros dos en las esquinas detrás del trono. Los guardias iban como siempre, su uniforme verde oscuro y sus cascos, llevaban una mano en su espalda y otra sobre sus espadas, preparados ante cualquier situación. Además de un rostro completamente neutro.

LA ESPOSA DEL REY {Los Cuatro Reinos #1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora