Capítulo 36

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POV YUKI

Adivino. Irás a verla, ¿no es así?

Aún estaba pensando en lo sucedido con Watanabe-san.

Me encontraba tranquilo por haberle dicho la verdad y saber que a partir de ahora solo seremos amigos.

No sabía si debía contarle a Ei sobre lo que pasó. Tal vez me preguntará qué tal me fue, y aún tengo dudas sobre que le respondería.

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Al entrar al departamento escuché un pequeño ruido en la habitación. Cuando me acerqué ví a Ei mirando su reflejo en un espejo.

Ei: Bienvenido — dijo a la vez que volteaba a verme — ¿Cómo me veo? ¿No está mal?

Traía un vestido de color negro con mangas largas. La parte inferior le llegaba hasta las rodillas y la parte superior le cubría hasta su cuello.

Yuki: Te ves hermosa — respondí, causandole una sonrisa.

Ei: Gracias — comentó contenta — Estuve probando muchas opciones y a mí también me gustó esta.

Se dió una vuelta, permitiendome verla mejor.

Yuki: Diría que te ves como una Diosa, pero literalmente lo eres.

Ei sonrió ante mi comentario y se acercó hasta quedar a escasos centímetros.

Ei: Aún así puedes decírmelo — comentó ilusionada — ¿No lo crees?

Yuki: (Que tierna es) — pensé con alegría para luego sonreir y decirle — Te ves como una Diosa.

Ei: ¿Solo eso? — se acercó un poco más.

Yuki: Eres la mujer más hermosa de todo el mundo — comenté ya un poco nervioso por lo intimidante y a la vez cautivadora que se veía.

Ei: ¿Y qué más? — dió otro pasó hacia enfrente.

Ya no pude resistir más. La tomé de la cintura y la acerqué eliminando el espacio entre ambos.

Yuki: Que Diosa tan atrevida — me acerqué y la empecé a besar.

Ei me correspondió y rodeo mi cuello con sus brazos.

Continuamos juntos durante unos segundos más hasta separar nuestros labios y ver al otro con una sonrisa en el rostro.

Yuki: Tengo a la novia más hermosa, fuerte, increíble y más maravillosa de todo este mundo.

Pude notar como Ei se sonrojó. Se veía muy linda. Yo también me sonrojé un poco debido a que nunca creí que llegaría a decir este tipo de cosas.

Realmente el amor te llega a cambiar sin que te des cuenta.

Ei: Gracias… — dijo algo apenada para luego darme un rápido beso en los labios — Yo también tengo al novio más maravilloso del mundo…

Su cara se puso toda roja.

Yuki: Gracias — sonreí para luego volverla a besar.

Esta vez fue más lento. No tardamos mucho en separarnos.

Intercambiamos miradas.

Casi podría ver mi reflejo en sus preciosos ojos violetas, pero también noté como estos empezaron a brillar un poco. Más que sorprenderme, me sentí cautivado.

Tenía muy en claro que Ei era una Deidad, pero creo que jamás lo tuve tan claro como ahora.

Estaba besando una Diosa, de la cual me había enamorado. Aunque, siendo sinceros, el que fuese una Deidad fue casi lo último en lo que me fijé.

Mi Encuentro con la EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora