La Corte Suprema [COMPLETADA]

Capitulo 16:

Morgan:

Terminé las primeras clases y tuvimos el descanso del almuerzo. En un momento donde estuvimos Carlota y yo solas, me dijo que ya podía decirle lo de esta mañana, pero decidí callarlo.

En clases estaba demasiado ida, mi mente estaba pensando en todo lo que había visto, así que pensándolo mejor, me dije que no le contaría nada a Carlota, quizás pensaría que estaba loca o que a lo mejor era producto de algún sueño y no quería que creyera eso.

Al terminar las clases, salí y mi padre no se encontraba. Vi a Adam recostado en su coche y decidí acercarme ya que mi padre no se encontraba y por lo que veía, Manuel tampoco.

—Hola, querido profesor.

—Hola, tan deseada alumna. —me guiña un ojo.

¿Está tonteando conmigo? Pues vale Adam, si estás jugando a esto, a esto vamos a jugar.

—¿Cómo está el profesor más guapo? —le guiño el ojo, a lo cual se ríe.

—¿Estás tonteando conmigo?

—¿Lo haces tú conmigo?—le miró con una ceja enarcada.

—Digamos que si.

—Pues entonces, yo también lo hago.

—Vale. —suelta una risa.

—¿Esperas a alguien?

—Si, a ti.

—¿A mi?

—Como lo oyes, tu padre me a visto y me a dicho que si podía recogerte, que él no podía, tenía demasiado trabajo.

—Claro.

—Me quedaba de pasada, por eso dije que si.

—No te eh preguntado, y no me mientas con eso de que vas de pasada, que sabes que yendo a mi casa y luego llevándome a las clases de conducir tienes que pasar mucho más trabajo.

—Pero lo hago porque quiero. Es un favor, ya luego me lo devolverás.

—Vámonos de una vez, tengo que llegar temprano a casa cuando termine la clase de conducir.

—A sus órdenes, comandante. —hace un saludo militar para luego abrirme la puerta del coche.

—Muy caballeroso.

—Es una de mis cualidades.

Nos subimos en el coche y vamos directo a mi casa, cuando llegamos, le pregunto que si quiere entrar y me responde con un asentimiento de cabeza. Pongo las llaves en la puerta y entro, el duda un poco al entrar, pero finalmente lo hace.

—¿Quieres algo?

—No.

—Vale, pues vuelvo enseguida.

Subo lo más rápido que puedo a mi habitación y como mismo ayer dejé todo preparado, me cambio de ropa y tomo mi mochila con las cosas que utilizaré hoy.

Al bajar, veo que Adam estaba mirando las fotos que teníamos en la sala, muchas eran con mi madre y otras eran de cuando ella ya había muerto.

—¿Ella es tu madre?

—Si.

—Se parece mucho a ti.

—Si, aunque en lo más que nos parecíamos es en el cabello. Las dos lo teníamos de color negro, como viste ahí.

—Tú hermano también se parece bastante.

—No tanto, a ella solo saco el cabello y los ojos. Se parece más a mi padre.

—Oh, vale. ¿Nos vamos?

—Vamos.

Salimos de la casa y fuimos directo a donde son las clases de conducir. Al llegar nos bajamos juntos y fuimos directo a donde tendríamos que hacerlo.

Una hora más tarde ya habíamos terminado, mi padre no podía recogerme así que el me llevó nuevamente a la casa.

Ya habíamos llegado y todavía no me había bajado del coche, habíamos empezado a hablar sobre muchísimas cosas y al llegar no habíamos terminado lo que estábamos hablando. A decir verdad Adam es muy divertido, al principio crees es una de esas personas engreídas y que piensan que son mejores que los demás, pero no, estaba totalmente equivocada.

Adam y yo tenemos muchísimas cosas en común y me dijo que estaba estudiando medicina. Algo que no me esperé para nada, pensé que estaría estudiando cualquier otra cosa. Me preguntó que era lo que estudiaría pero simplemente le contesté que no sabía aún, y me dijo que le ayudaría ah elegir lo que debería estudiar.

—Vale, creo que debería entrar ya a mi casa.

—Si, oye, ¿me das tu número? Así podemos estar más en contacto.

—Claro.

Le di mi número.

—Nos vemos, Adam. —le di un beso en su mejilla que lo tomó bastante desprevenido.

Salí del coche sin que me dijera nada y cuando entré a la casa solté una pequeña risa.

No se que me pasaba con Adam, era como si lo que creía tiempo atrás sobre el, se hubiera esfumado.

Subo a mi habitación y rebusco en mi closet hasta que encuentro lo que estaba buscando.

El vestido para esta noche, estaba un poco emocionada ya que ansiaba volver a ponerme ese vestido, pero esta vez completarlo con algunos accesorios, un maquillaje y un peinado que combinará con el.

Ya lo tenía todo en mente. Días atrás Carlota me enseñó algunas fotos de algunos peinados fáciles que me podía hacer para esta ocasión.

Rebusqué un poco en mi cómoda y encontré algunos colgantes que mi padre me había comprado tiempo atrás, pero eso no los creía necesarios para esta ocasión. Hasta que vi una cajita, y me acordé de eso, un colgante, y unas argollas que mi madre me había comprado al cumplir los 15 años. Eran perfectos, así que tomé la cajita y las puse encima de mi cama.

Entré a ducharme y al salir envuelta en la toalla vi a Manuel viendo el colgante y las argollas que mi madre me había comprado.

—Las vas a usar.

—Si.

—Me alegra mucho, ¿Sabes? Es bueno que las uses, cuando te las ibas a poner a mamá le dijeron lo del cáncer, y te quedaste sin muchas ganas de salir y al final terminaste sin ponértelas. 

—Si, estaba demasiado deprimida. ¿Qué haces aquí? Deberías estar vistiéndote.

—Si, pero terminó rápido, no soy como las mujeres que de demorar una eternidad.

—Las mujeres siempre quieren ir lo mejor posible a cualquier lado, para robarse todas las miradas de la noche.

—Si, ya me eh dado cuenta. Me voy. Muy bonito el vestido, hermanita. —me da un beso en la mejilla y se va para su habitación.

Empiezo poniéndome el vestido, paso un poco de trabajo ya que es un poco complicado a la hora de ponérselo. Pero lo logré. Luego pasó al maquillaje, me fijé en muchas fotos de estos vestidos de épocas solo para ver como eran los maquillajes y creo que ya sé cómo son. 

Hago lo más parecido que puedo y que combine con el vestido y por último paso al peinado, algo sencillo, fácil pero muy bonito. Es con muchas hondas y el pelo recogido.

Ya estando lista fui hasta el espejo y miré el resultado.

Estaba demasiado bien. Me encantó demasiado lo que hice.