Morgan:
Habíamos llegado hace 20 minutos a la gala, todo se veía extremadamente caro y sofisticado. La señora si que supo como lucirse. Pero eso no fue lo que más me llamó la atención, lo más que me gustó es que todo, absolutamente todo, estaba ambientado en el pasado. Todas las mujeres llevaban vestidos largos, con corsés apretados y las jóvenes invitadas si que supieron como lucirse.
Parecía como si todo hubiera salido del pasado, y me encantó.
Miraba por todos los alrededores, fijando mi mirada en todas las personas, miraba sus trajes, sus vestidos caros, su maquillaje y sus hermosos peinados.
No encontraba a Carlota, no sabía por dónde se había metido, ya quería ver su hermoso vestido violeta y como se había maquillado.
Conociéndola, se habrá pasado horas en el tocador para hacerse un maquillaje perfecto al igual que el peinado.
No pasó mucho tiempo hasta que vi que una chica de mi edad se acercaba, exacto, Carlota.
Se veía perfecta con su hermoso vestido violeta.
—¡Amiga, pero que guapa!—exclama Carlota.
—¡Tú sí que no te quedas atrás!
Nos damos un abrazo y siento como el flash de una cámara. Cuando nos separamos, veo que es mi hermano el que nos había tomado la foto con su móvil.
—Hey. —saluda a Carlota.
Esta lo mira con una pequeña sonrisa en su rostro, para luego ocultarla y mirarme.
—Ya se que están juntos.—digo.
—No estamos juntos, Morgan. —me recuerda mi hermano.
—Bueno, pues que ya sé que tienen algo. Carlota me ah entendido.
—Si, amiga. ¿Manuel?—llama a mi hermano.
—¿Si?—pregunta.
—¿Está noche puedes quedarte?
—Claro. —mi hermano la mira con una sonrisa pícara.
—Joder, que estoy aquí todavía. Me van a traumatizar.
—No seas tonta, Morgui. —me dice Manuel mientras me da un pequeño abrazo desde atrás.
—¿Morgui? —pregunta Carlota mientras se ríe.
—Ese nombre me lo puso él cuando éramos pequeños, aún no sabía pronunciar el mío con claridad, y así se quedó
—Que hermoso. Me gusta.
—Te gusta porque lo eh puesto yo, ¿Ah que si?
—Pues si.
Y empiezan a tontear, maldita sea, que estaba delante. Me río y los dejo solos, voy hacia donde estaba mi padre y no me sorprende ver a los Donovan hablando con mi padre mientras tomaban algo.
Estaban sentados, la mesa era grande y aún había espacio para mi y para Manuel. Aunque Manuel estaba comiéndose la boca con Carlota en un rincón de la casa como para querer sentarse con nosotros.
Me siento de lado de Adam luego de saludarlos a todos.
Adam se acerca a mi oído y me susurra que vallamos a caminar, a lo que no me niego. Ya bastante alejados de nuestros padre, puede decirme un cumplido.
—Estás muy guapa, Morgan.
—Gracias, tú también estás muy guapo, Adam.
—¿Estas aburrida?
—Un poco.
—Deja que la señora Evans empiece a dar su discurso, es aún más aburrido, aunque si te pones a escucharlo todos los años te das cuenta de que siempre es el mismo, solo cambian algunas palabras y listo.
—¿Haz venido antes?
—Vivo aquí antes que tú, así que claro que eh venido antes. Siempre hacen casi lo mismo, el año pasado tuvimos que venir con vestidos largos, elegantes y pegados al cuerpo, en el caso de las mujeres y los hombres siempre es lo mismo, traje dependiendo la época en la que se va a basar la gala. —me explica, soltando una pequeña risa.
—Esto es una mierda, no entiendo por qué lo hacen, yo sería feliz celebrando mi aniversario en familia ó simplemente con mi esposo.
—Otras personas lo harían así, claro que si, pero a la señora Evans le encanta llamar la atención, demasiado, diría yo.
—De eso creo que me estoy dando cuenta.
—Y lo harás, y te pondrás mucho más segura de lo que ya estás. Siempre hace algo para llamar la atención de las personas influyentes del pueblo, si no hace una cena con miles de invitados, hace estas galas ó si no cualquier cosa absurda.
—Basta de hablar de los Evans. Hablemos de cualquier otra cosa, si no siento que el aburrimiento no se me quitará.
—¿De qué quieres hablar?
—No lo sé. Cualquier cosa. Por ejemplo: ¿Cuál es tu color favorito? ¿Tu comida favorita? ¿Cuánto mides?
—Vamos, que quieres saber más sobre mi. ¿Acaso estás volviendo a tontear conmigo, Morgan Anne Walker?
—¿Como sabes mi segundo nombre?
—Tú padre lo mencionó cuando saliste afuera en la cena.
—Wow, muy sutil mi padre.
—Dices que lo odias. El fue quien lo puso, tú madre puso el primero y él, el segundo.
—Pues si, pero no me gusta, para nada, prefiero solo Morgan.
—Si así lo deseas. Vamos a volver que deben estar esperándonos.
Cuando volvimos, sus padres y el mío aún estaban sentados en la mesa hablando, creo que no se cansaban de hacerlo. Rato más tarde, se anunció que ya sería el discurso.
La señora Evans había empezado y yo ya estaba bastante aburrida, miraba mis uñas con aburrimiento, todo el mundo estaba centrado en lo que ella leía, pero a mi no me gustaba para nada.
Carlota y mi hermano se había desaparecido, su madre la buscaba por todos lados, pero no la logró encontrar. Sabrán los dioses donde se metieron esos dos.
—¿La princesita está aburrida?
—¡Adriel! —me asusté.
—Qué bien suena mi nombre saliendo de tus labios. —lleva uno de sus dedos a mis labios y los pasa sutilmente por ellos, para luego bajar por mi cuello, no me movía, estaba un poco en shock.
—Hey, aparta. —me moví un poco de su lado, así que no me quedó más remedio que quitar sus manos de mi. Me ponía nerviosa su presencia y que me tocara hacía que se me erizara la piel.
Este chico hacía que mis emociones salieran a la luz cuando él estaba cerca de mi.
—¿Qué tal si nos vamos de aquí?
—¿Irnos? ¿Estás loco?
—¿Por qué no?
—Primero que nada, porque mi padre me mataría si me fuese de aquí, y segundo, no te conozco de nada como para estar yéndome de aquí contigo.
—Venga ya, princesita. Vámonos, se que odias estar aquí.
Lo pensé por un rato, y escaparme de aquí no sería mala idea. Miré a Adriel por un segundo cuando le digo.
—Vámonos de una vez.
—A sus órdenes, princesita.
Me agarró de la mano y me llevó a su coche, me subí en el asiento copiloto y salimos de este lugar.
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La Corte Suprema [COMPLETADA]
VampireMorgan tiene que irse a vivir a otro pueblo, sin saber las razones, su madre murió y no le queda más que continuar su último año de instituto en ese horrible pueblo, según ella. Piensa que quizás todo sea demasiado aburrido, que pasará hasta el últ...