Morgan:
Al llegar a mi casa, lo primero que hice fue dejar el vestido en mi closet, en un lugar donde sabía que estaría seguro de cualquier cosa. Me duché y me puse una ropa cómoda. Al bajar al salón, Manuel estaba con unos amigos, eran tres, no les había visto. Así que decidí sentarme con ellos, estaban jugando a la consola.
—Hola, chicos. —Saludo.
—Hola, guapa. —Me dice uno de ellos.
—Hey, Lorenzo, es mi hermana y que sepas que es mayor que tú por dos años. —le regaña Manuel.
—Tranquilo, Bro.
—¿No se presentan? —preguntó mirando a uno de ellos, el cual aparta mi mirada. Sonrió.
—Yo soy Lorenzo.
—Yo Marcos.
—Y yo Luis.
—Oh, bonitos nombres. Pero para serles sinceros el más que me a gustado es el de Lorenzo. —le doy una sonrisa y le guiño un ojo.
El muy coqueto me sonríe de una manera pícara.
Joder, juro que me encanta molestar a mi hermano. Desde su asiento me mira con mala cara.
—¿Podían dejar de tontear frente a mi? Morgan, eres mayor que ellos.
—Morgan. —hace como si saboreara mi nombre. —Que nombre tan guapo. —Dice Lorenzo.
—Tranquilo, Manuel. Sólo lo hago para molestarte.
—Lo se, pero no me gusta que aún así lo hagas.
—Tranquilo. ¿Puedo jugar con ustedes?
—Si, aún hay un puesto libre. —Me dice Luis.
La verdad es que no me había puesto a mirarle mejor, tenía su cabello castaño oscuro y unos ojos verdes muy bonitos. No había podido ver si era alto o bajito. Pero era demasiado bonito.
Me puse por un largo rato a jugar con ellos a la consola hasta que los chicos se tienen que ir, se despiden amablemente de mi y a mi hermano solo le hacen un choque de manos.
Al ellos irse, mi hermano y yo nos sentamos en el sofá donde antes estábamos sentados. El se sienta en una esquina y yo me tumbo en lo que queda de sofá, apoyando mi cabeza en sus piernas. Empezó a acariciarme el cabello.
—Manuel. —le llamo.
—¿Si?
—¿Qué te traes con Carlota?
—¿Qué dices? No pasa nada entre Carlota y yo.
—Claro y yo soy tonta. Venga ya, ¿qué me ocultas? ¿Te gusta?
—No me gusta, Morgan.
—Soy tu hermana, sabes que puedes confiar en mí.
—Y claro que confío en ti, eres mi hermana más linda.
—Soy tu única hermana, tonto.
—Vale, pues te acuerdas que salí el viernes en la noche.
—¿Saliste el viernes en la noche? —preguntó exaltada.
—Si, Morgan. Pero no me ah pasado nada, sigo vivo.
—No digas esas cosas.
—Bueno, te sigo contando. Salí el viernes en la noche y digamos que tuvimos sexo en un baño del local donde estábamos.
—¡¿Qué?! Joder, que fuerte. Cuéntame más.
—¿Qué quieres que te cuente? ¿Los detalles de cómo fue?
—¿Qué dices? Claro que eso no. Quiero que me digas como empezó todo.
—Pues nada, que un día chocamos en los pasillos y ella al hacerme un gran repaso con la vista me pidió el número.
—Muy directa la Carlota.
—Si, al principio me sorprendió un poco, pero cuando vi que era demasiado guapa, decidí dárselo. Empezamos a chatear demasiado y acordamos en vernos en ese lugar el viernes.
—¿Te gusta ella?
—No, solo fue sexo. Ella misma me dejó clara como serían las cosas, que cuando alguno de los dos quisiera sexo podíamos hacer una llamada y estaríamos ahí en minutos.
—¿Son follamigos?
—No somos amigos, solo digamos que es sexo sin compromiso y que cualquiera de los dos puede estar mientras con quien quiera.
—Usa protección, por favor. Ella es mayor que tú y la verdad es que no quiero ser tía ah tan temprana edad.
—Claro que no, solo tengo dieciséis años y ella dieciocho. Es ilegal, así que mientras lo hagamos sin que nadie se entere, todo será mejor.
—Wow, mi única amiga aquí y mi hermano liados. Que lindo.
—¿Como sabías que pasaba algo entre nosotros?
—Pues porque, Carlota me mencionó algo. Pero no quiso dar ningún detalle, así que lo mejor era hablar contigo.
—Vale.
—Chicos, la cena esta lista. —nos dice nuestro padre entrando al salón.
—Vamos a cenar, Manuel.
Al llegar, cada cual tomó sus puestos de siempre y empezamos a cenar.
—Chicos, el miércoles hay una gala en casa de su directora, nos han invitado a los tres.
—Yo ya lo sabía. La hija de ella es mi amiga. —miró a Manuel y le doy una sonrisa cómplice. —Ella me había invitado.
—¿Compraste un traje para esta ocasión?
—Si, papá.
—Vale, muy bien. Manuel, yo te compraré el tuyo junto con el mío. ¿De qué color has comprado tú vestido, Morgan?
—De color rojo vino y algunas cosas en negro, pero son diminutas.
—Vale, llevaremos los trajes a juego.
—¿A mi no me llevarán? —pregunta Lucía.
—Lo siento, pero no. Solo nos han invitado a nosotros tres.
—¡No es justo! Seré tu esposa.
—¿Qué?—preguntamos Manuel y yo al unísono.
—No la escuchéis, hijos.
—No, es que sí tenemos que escucharla. Está diciendo que se van a casar, ¿es en serio, padre? Es la hermana de nuestra difunta madre y está haciendo todo para joder nuestra familia, no quería ni a su propia hermana. Ni siquiera derramó una sola lágrima cuando su hermana murió.
—Morgan, compórtate. No nos vamos a casar ó al menos no lo hemos decidido aún.
—Esto es increíble. —habla Manuel.
Se levanta de la mesa y va escaleras arriba. Yo hago lo mismo, no aguanto esto, es demasiado para mi.
—Manuel, Morgan. Vuelvan aquí. —llama nuestro padre.
Seguimos de largo, no nos interesa saber la mierda que tiene que decir.
Manuel y yo nos despedimos con un buenas noches y entramos hacia nuestras habitaciones. Al entrar a la mía siento ganas de querer tumbar todo lo que se encuentra en ella. No es justo, mi vida no puede ser tan mierda.
Decido que lo mejor sería acostarme a dormir.
****
Siento como si alguien rosara sus manos por mi rostro, me remuevo un poco incómoda. Pero no puedo abrir mis ojos, se me hace imposible, el sueño me esta ganando.Alguien sigue rodando sus manos en mi rostro. Hasta que puedo abrir mis ojos, empiezo a mirar hacia todos los rincones de mi habitación. Pero no encuentro a nadie. Quizás fue un sueño, pero joder, se sintió como si fuese en la vida real.
Eran las tres de la mañana, así que decidí seguir durmiendo. Mañana era lunes y tendría largas sesiones de clases, así que lo mejor era seguir durmiendo y llegar lo más descansada posible.
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La Corte Suprema [COMPLETADA]
VampireMorgan tiene que irse a vivir a otro pueblo, sin saber las razones, su madre murió y no le queda más que continuar su último año de instituto en ese horrible pueblo, según ella. Piensa que quizás todo sea demasiado aburrido, que pasará hasta el últ...