Morgan:
No sabía que hacer, había llegado a la casa luego de correr y no me apetecía salir de la casa. No quería encontrarme con ninguno de los Donovan.
Decidí que me iría a tomar un café en alguna cafetería que tuviese el pueblo, me daba igual en cual fuera, pero necesitaba llegar rápido y despejar mi mente.
Caminé todo el recorrido, tenia ganas de caminar y pensar en todo lo que había ocurrido, pensar una vez más. No sé cuántas veces seguiría pensando en esto, pero allí que creí toda una vida que sería ficción, viene a la realidad.
Fue un largo tiempo caminando hasta que llego a una cafetería, era grande y habían bastantes personas. Al entrar, voy hacia una de las mesas del fondo y le digo a la camarera lo que tomaré.
Cogí un libro en mi mochila, si, un libro, no me gusta leer, pero es necesario leerme algunas páginas de este, tengo examen en unos días y quiero salir lo mejor posible.
No pasa mucho tiempo cuando siento que la chica me trae mi pedido, dejo el libro con algunas cosas subrayadas encima de la mesa y me dispongo de comer unas galletas y mi café.
Miro hacia la ventana y veo a Adriel. Joder, solo a mi me pasan estas cosas, pero no estaba solo, estaba acompañado de una chica que parecía tener unos años más que yo, pero no por muchos. Ella le agarraba de la mano, ya que estaban uno en frente del otro, su espalda daba hacía a mi, y lo agradecí mucho.
Decidí concentrarme en lo que estaba haciendo así que tomé mi libro nuevamente y empecé a leer las tan aburridas páginas de historia. Veía que algunas cosas eran importantes, así que solo las subrayaba. No sé cuánto tiempo me pase ahí, solo sé que ya se me estaba haciendo tarde, recogí mis cosas y fui directo a mi casa. Caminando nuevamente.
En el camino sentía como las hojas de los árboles se movían por el viento, todo estaba callado y no habían muchos carros que transitaran por esa carretera. Siento un ruido detrás de mi, me asusto un poco y veo que es un pequeño perrito. Era muy peludito y de color negro, con unos ojazos hermosos. Parecía mucho a un lobo.
Me dio demasiada lástima dejarlo ahí así que fui a tomarlo y cuando lo tuve en mis manos me dieron ganas de llorar, estaba muy delgado y sabrá cuánto lleva sin comer. No pude dejarlo ahí, así que lo llevé a mi casa, ya le diría luego a mi padre. Ahora lo importante es que estuviera a salvo.
No se como las personas podían ser tan malas con estos animalitos indefensos. No se merecían el desprecio de los humanos.
Llegué a casa y mi padre aún no se encontraba, pero si estaba Manuel jugando a la consola con los chicos de la última vez.
Me acerco al sofá y le llamo.
—Manuel.
—¿Si, Morgan?
—Ven acá.
—Ahora no puedo.
—Es urgente, ¿vale?
Voy hacia la cocina y lo espero ahí.
—¿Qué?
Le muestro a él pequeño amigo que traje.
—¿Y eso? ¿De donde lo haz sacado? Papá no quiere mascotas en la casa, Morgan.
—Me da igual papá, el perrito estaba abandonado, así que quise traerlo, no quería que muriera.
—No sabes cómo cuidar una mascota, Morgan.
—Pues ya aprenderé, nadie nace sabiéndolo todo. Y siempre eh querido tener una mascota, estoy segura de que él o ella será una buena compañía para cuando esté sola.
—Se lo dirás tú a papá. Siempre tengo que terminar contándole las cosas yo.
—Tranquilo, hombre. Yo se lo contaré.
—Vale, me voy. Los chicos me están esperando.
—Vale.
Subí a mi habitación y me llevé un buen susto cuando vi quien estaba sentado en mi cama, el balcón estaba abierto así que creo que entro por ahí.
—¿Qué haces aquí?
—Hey. —empieza pasar las manos por su pantalón como si estuviera nervioso mientras miraba el suelo. —Quería venir a decirte algo.
—¿Que quieres decirme?
—No se como empezar esto, ¿vale? —suspira. —Digamos que algo está pasando desde hace unos... —para de repente lo que estaba diciendo.
—¿Qué está pasando?
—Nada.
—Venga ya, Adriel. Dime de una vez y deja el misterio.
—Lo que me está pasando desde hace un tiempo es que quería salir contigo. ¿Quieres ir mañana en la noche a algún lugar?
—¿Qué?
—¿Qué si quieres ir mañana en la noche a algún lugar?
Me lo pensé un poco, no sería mala idea salir un rato. Pero ¿dónde queda lo de no acercarme a los Donovan?
Que se valla a la mierda eso que eh dicho, saldré con Adriel y le dejare las cosas claras.
—Vale.
—¿Enserio?
—Claro, ¿por qué te mentiría?
—Paso por ti a las 8:00 p.m, ponte guapa. —se acerca a mi, me da un beso muy cerca de los labios y se va por el balcón.
Aunque no se por qué creía que eso no era lo que quería contarme.
Cuando llega mi padre le digo que suba a mi habitación que necesitaba contarle algo. Al enseñarle al pequeño perrito o perrita se puso como loco, diciéndome que no podíamos tener eso en casa, pero le rogué un poco y al final me dejó tenerlo, con la única condición de que mañana lo llevaríamos al veterinario cuando saliera del instituto.
Estaba feliz, porque podría tener una mascota por fin, en mis 18 años nunca había podido tener una mascota, mis padres decían que los pelos de ellos podrían enfermarnos. Así que luego fuimos dejando para luego lo de tener una mascota, y al final nunca tuvimos una. Hasta hoy, que eh encontrado a este nuevo amigo o amiga.
No sabía como identificar el sexo, así que tenía ganas de que llegase mañana para ver el sexo de mi mascota. Ya pensaría en un nombre.
Me duché y luego bajé a cenar, le preparé algo para que comiera, me lavé las manos y me puse a cenar.
Tiempo después, ya habíamos terminado de cenar y llevé a mi mascota hacia afuera, seguro tendría que hacer sus necesidades, cuando la saqué, hizo todo lo que tenía que hacer, así que la volvía a llevar adentro. Preparé una camita improvisada en el suelo, hasta mañana que le compraría sus cosas.
Cerré el balcón y nos fuimos a dormir.
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La Corte Suprema [COMPLETADA]
VampireMorgan tiene que irse a vivir a otro pueblo, sin saber las razones, su madre murió y no le queda más que continuar su último año de instituto en ese horrible pueblo, según ella. Piensa que quizás todo sea demasiado aburrido, que pasará hasta el últ...