CAPÍTULO 2

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Alex

–¿Puedes cambiar esa música rara de una puta vez?–Dijo mi mejor amigo Mark en el asiento del copiloto.

Hasta la fecha la única persona que entendía mis gustos musicales era mi madre y la palmó, estos inútiles no sabrían diferenciar un buen cantante de uno que bueno... mejor me callo, vamos, una vez me dijeron que una canción de 6ix9ine le daba mil vueltas a la carrera entera de Michael Jackson, del cual seguro que solo han escuchado thriller.

No soy muy fan de Michael Jackson pero admiro su carrera, igual que lo Beatles, me parecen una muerda, pero hay que reconocer que lo que hicieron en su momento fue una pasada.

–No, es mi puto coche y pongo lo que me da la gana–Dije y la subí.

The Fray sonaba a todo volumen en mi coche mientras íbamos de camino a otra puta fiesta más y mi mejor amigo ponía diferentes caras de asco, no es mi culpa de que sus gustos musicales sean una mierda.

Llevaba todo el maldito camino quejándose de la música y estaba a punto de sacarlo del coche a patadas.

–¿A quién te vas a tirar hoy?–Me preguntó

Se ve que el tirarme a gente se había convertido en mi personalidad.

–¿Por qué das por hecho que solo será una?

O a ninguna.

–Corrijo, ¿a cuantas?

–Pues... a todas las que me lo pidan—Dije y empezamos a reír—A las que me de tiempo, a las que quiera.

Mentira, no tengo muchas ganas de aguantar a nadie y menos si luego me van a pedir que me quede con ellas a dormir, cosa que nunca hago.

¿Para que? ¿Para crearles ilusiones de algo que no va a pasar nunca? Yo aviso desde el principio, no quiero relaciones, si eres tonta, te implicas conmigo y luego te enamoras es tu puto problema, a mi no me reclames nada.

–Es fácil cuando se te acercan todas.

–Si, la verdad si, pero callate que tu tienes a Lizz

—Y no quiero a nadie más—Dijo alegremente. Yo solté un bufido ante eso.

—Que asco

Después de esta conversación seguí escuchando música y conduciendo hacia la fiesta.

Si mi padre se preocupara por mi lo mas minimo diria que deje de ir a fiestas y que hiciera cosas más productivas, pero desde que murió mi madre ni me habla, está todo el día de mala hostia y ni siquiera me mira, pero como si me importara lo más mínimo, puedo llevarme tías a casa y ni siquiera se entera y si se entera no hace ni caso.

Las únicas veces que me hablaba era para decirme que se iba de viaje de negocios, ¿premio al padre del año no?

Llegamos a la fiesta y rápidamente vimos a Lizz y Mark se acercó para besarla, la puta parejita insoportable del grupo, bueno, solo somos tres.

Des de que Cam se fue, bueno, lo eché... o como fuera aquello, me ha dejado solo con estos dos.

–Veo que vienes con la misma cara de felicidad que siempre–Dijo ella antes de que me sentara en el sofá.

Yo simplemente la mire mal y ya.

–Bueno, ¿jugamos a algo?–Dijo Mark

–A mi no me metáis en vuestras mierdas de verdad o reto y esas tonterías.

Me parecía lo más absurdo del mundo, he visto más de una pareja o amistad romperse por juegos de eso y pese que a mi eso me la suda paso de jugar.

–En tu línea, ten una cerveza–Dijo Mark

Serendipia-#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora