CAPÍTULO 18

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Liv

—Hola—Fue lo primero que escuché después de una semana sin que me dirigiera la palabra.

Era sábado, hoy debería estar en casa de Alex teniendo la experiencia más íntima de mi vida con el chico que me gusta y del que me estoy enamorando, y si, lo se, se se que no debería hacerlo, pero no puedo evitarlo.

No debería porque Alex es una persona que hiere y no me ha hecho daño ni una vez ni dos, han sido bastantes más, no cuida sus palabras y a la mínima que se siente atacado hace daño para no salir herido.

No es sano, nada sano.

Pero a la vez no puedo evitar sentir lo que siento, cuando quiere es tan dulce, cariñoso y amable...

Soy consciente de que puede romper mi corazón en mil pedazos, que me puede hacer polvo y hacerme perder cada pizca de dignidad que tengo e incluso hacer que me pierda a mi misma.

La pregunta es ¿estoy dispuesta a perderme por él?

Desgraciadamente la respuesta es sí y mil veces sí, sin dudarlo.

Creo que... le quiero.

Alex estaba apoyado en el marco de la puerta mirándome con una mirada neutra.

Tenía las mejillas coloradas y no sabía si era porque estaba borracho o por vergüenza.

  —¿Qué haces aquí?—Dije enfadada.

No iba a perder mi dignidad aún, ¿no? Puede que más adelante, pero ahora voy a hacerme la dura, se merece mucho más que esto.

  —Vengo a buscarte

Iba borracho, probablemente le haya dado el calentón, pues que se busque a otra ya que tiene tanta facilidad.

  —Vas borracho—Afirme

  —Ya no tanto, venga, vámonos, ya hemos perdido mucho tiempo.

Esto es increíble, ¿pero de qué va? ¿Hemos perdido mucho tiempo de que? ¿Para hacerlo? ¿Solo me quiere para eso?

  —¿Perdón? ¿Tú te crees que puedes enfadarte así como así conmigo y luego venir a buscarme como si no hubiera pasado nada?

Si cree que voy a ser su maldita sumisa lo lleva claro.

  —Tenía mis motivos para enfadarme.

No te jode, si encima la víctima va a ser el.

  —Alex, vete a la mierda ¿si? La única que tiene motivos aquí para enfadarse al menos en este caso soy yo, y ahora por favor vete de mi cuarto y vete a tu casa o a saciar tu calentón con la primera que encuentres, seguro que solo habías venido por eso.

No voy a permitir que crea que tiene ningún tipo de poder sobre mí, renunciaría a muchas cosas por él pero tampoco dejaría que pensara que soy estúpida.

  —¿Te crees que solo estoy contigo porque me pones?

Aghhhh quiero matarlo ahora mismo.

  —¡Pero vamos a ver a Alex! ¡¿ En qué cojones quedamos?! ¡Porque hace menos de una semana me decías que no éramos nada y ahora me dices que estamos juntos! ¡ACLÁRATE!

Me doy cuenta de que cada vez se me pegan más sus malas palabras.

  —No me grites—Dijo tapándose las orejas

  —Tengo todo el derecho del mundo para gritarte Alex, ¡así que si quiero lo haré!

  —Basta, Liv

  —¿Pero tú qué crees? No vas a hacer conmigo lo que te dé la gana, no soy tu puta, ni tu esclava ni nada que se le parezca, así que si te crees que conmigo va a ser igual que con las demás vas equivocado

Serendipia-#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora