CAPÍTULO 29

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Liv

Ya era lunes, había pasado el resto del fin de semana encerrada en casa de Lizz hasta que volví a la residencia el domingo por la noche.

Era una mezcla de emociones, a momentos estaba cabreada, en otros triste y en otros echaba tanto de menos a Alex que dolía como si me hubieran pasado tres camiones por encima.

No tenía ni pizca de ganas de volver a clase y al trabajo, más que nada porque eso suponía ver a Alex y no me apetecía nada.

¿Cómo podemos pasar de una emoción a otra tan rápido? Es algo increíble, pero complicado, las emociones son complicadas, la vida lo es, para algunos más que para otros, pero cada uno sufre con lo suyo. Es decir, no puedo decirle a una persona que sufre porque dice que está saturada por exámenes, o porque ha roto una pierna, o simplemente porque su serie favorita ha llegado a su fin que no se queje porque yo lo he pasado peor, no. Puede que esa persona por el momento sea lo único que conoce, y puede que sea un mundo para ella vivir eso, no podemos juzgar los traumas y las desgracias de los demás solamente porque las nuestras nos parezcan peores.

Volviendo a Alex, no se ni como mirarle, ahora mismo no puedo verlo ni en pintura, pero a la vez tengo tantas ganas de estar con él...

¿En qué momento me he enamorado tanto de él? ¿Por qué no se puede elegir? De ser así habría elegido ser solo su amiga, como Lizz y Marck...No, no es así, adoro estar enamorada de este maldito inestable y a veces tan idiota.

¿Cuantas cosas me ocultara? ¿Me querrá algún día?

Millones de preguntas pasaban por mi cabeza pero no puedo entretenerme más, tengo clase en diez minutos.

Cogí mis cosas y me dirigí hacia clase.

Al llegar vi a Alex, la gente pasaba por mis lados pero por un momento me quedé paralizada.

Nadie se sentó a su lado, ¿les ha sobornado o algo? Hace tres días la gente me miraba mal por sentarme a su lado y que no lo pudieran hacer ellos.

Respire hondo y me dirigí a sentarme a su lado, estar tan cerca de él dolía tanto...

—Hola—Dijo mirándome.

—Hola—Dije sin mirarle—¿Has sobornado a la gente para que no se sienten a tu lado o que?

—Algo así—Rió

—Me alegro de que al menos uno de los dos esté feliz y de buen humor.

—Liv eso no es...—Pero no pudo acabar la frase porque justamente entró la profesora.

—Buenos días, vais a hacer un trabajo en parejas para la semana que viene—Ay no, me veo venir lo que va a pasar—Lo haréis con la persona que esté sentada a vuestro lado.

Lo sabía...Joder.

Alex me miró, esta vez no sonrió, pero se nota que se alegraba, se le iluminaron los ojos, esos increíbles ojos en los que me podría perder, en los que me pierdo.

La profesora siguió explicando en qué consistía el trabajo, yo tomaba apuntes como de costumbre mientras Alex me miraba.

¿Pretende que lo haga yo todo o como va esto?

—Alex, deja de mirarme, me estás incomodando.

—Al menos me hablas—Dijo pero no contesté y me limité a seguir tomando apuntes.

Intenté evitarlo durante toda la clase pero fué muy difícil, notaba su mirada penetrante cuando él creía que no me daba cuenta, estaba tan cerca que podía oler su aroma, ese que tanto me ha gustado oler durante estos meses cada vez que le abrazaba o besaba su cuello.

Serendipia-#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora