CAPÍTULO 20

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Alex

¿Por qué tiene que ser tan...? COTILLA JODER. Intento no perder los nervios pero... uffff.

Se que no lo ha hecho con mala intención, se que lo hace por mi bien, sé que me quiere ayudar, pero a veces todo esto me supera.

Le he prometido que me lo pensaría, ¿en qué momento? Ahora se pensará que voy a hacerlo, joder.

No quiero subirme ahí, bueno... en realidad sí que quiero pero no puedo, no me veo capaz.

Desgraciadamente lo que siento por Liv me está superando, le pedí que fuera mi novia, MI NOVIA, no me quiero enamorar joder, pero siempre he tenido claro que es algo que no se escoge.
Lo peor de toda esta situación es que no me arrepiento, no me arrepiento de haberle pedido estar conmigo y no me arrepiento de estar ena... de estar sintiendo cosas por ella, porque no estoy enamorado ¿no?...

Ayer casi la llamo mi amor, puede...

Que cojones sí que lo estoy, estoy enamorado de Liv hasta las putas trancas, ya está, ya lo he dicho ¿era lo que todo el mundo quería escuchar? Pues ya está.

El problema es que no quiero dejar de estarlo, no quiero dejar de quererla, porque la amo, amo a Liv, tanto como no había querido a nadie en mucho tiempo.

Ella es tan... dulce, está por mi siempre y me está ayudando a ser feliz, pero a la vez me reta, me cabrea mucho y me encanta. Estar con ella es como un sueño del que no quiero ni pienso despertar.

Puede que no haga falta que le confiese lo mucho que la quiero, al menos no de momento, no hasta que me recomponga, no quiero meterle ideas de un futuro genial en la cabeza y luego romperle el corazón, ya bastante egoísta estoy siendo permitiéndome salir con ella, pero si, joder, amo a Olivia Bennet.

Amo a esa maldita chica que vi en el descampado, a esa que toca mis cosas sin mi permiso aunque sabe que me cabrea, la que lleva el apellido de uno de mis personajes literarios favoritos y la que hace que todo lo demás desaparezca cuando ella está cerca, si, la amo.

Todas esas fantásticas ideas que tenía de pequeño sobre el amor, todo aquello que desapareció con la muerte de mi madre hoy en día gracias a Liv vuelven a mi cabeza.

Todo mi ser agradece y está feliz de tenerla ahora mismo tumbada en mi pecho riendo como lo está haciendo, riendo simplemente por cosas que sólo entendemos nosotros, porque tenemos una conexión que ya les gustaría a muchos tener.

Es tan preciosa, ella ríe mientras yo le cuento un chiste malísimo sobre una manzana morada, voy apartando su pelo de la cara aunque no le esté cayendo ningún mechón pero... me encanta acariciarla, acariciar todo su cuerpo es satisfactorio y hace que tenga mariposas en el estómago, joder Liv ¿como lo haces?

  —Cariño...—Dijo aun riendo un poco mientras yo le acaricio la pierna—Debería mirarme un poco lo que hemos dado en clase estos días.

¿Suena cursi sí confieso que a mi también me encanta que me llame cariño?

  —Pero si llevamos una semana...

  —¿Y cómo crees que sacaba las notas que sacaba? No tengo una mente prodigiosa.

  —O si, quien sabe... pero era porque allí no tenías nada que hacer, aquí si.

  —¿Si? ¿Que tengo que hacer un fin de semana además de estudiar?

Follar conmigo.

  —Eh...¿hola? Estar con tu novio por ejemplo—Dije señalándome.

Novio, que bien suena.

Serendipia-#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora