Liv
Llevaba ya tres semanas en casa de Alex, es agradable estar en un sitio seguro, donde no me prohíben que mire a nadie ni me limitan lo que tengo que leer.
Me debore orgullo y prejuicio en un día, Alex se quedó en shock por eso, me dejó más libros y me enamoré completamente de la literatura, ¿Por que no me dejaban leer en el orfanato? Es lo mejor que he hecho en mi vida y es gracias a Alex.
Estoy aprendiendo a hacer un montón de cosas gracias a él, ayer me enseñó a hacer tortitas, ¡y me salieron bien a la primera!
No podía dormir y fui a su habitación a ver si estaba despierto y para mi sorpresa sí que lo estaba, le dije que no podía dormir, él me dijo que él tampoco que si quería que me enseñara algo y por supuesto le dije que sí y como no estaba el personal a esas horas bajamos a la cocina, fue divertido.
Alex lo es, sus amigos aunque ahora míos también o eso espero, con los que hemos estado quedando juntos a menudo se rieron cuando dije que Alex me parecía una persona muy agradable, dijeron que para nada y no se porque, ¿Acaso Alex no es igual conmigo que con ellos?
No creo que si fuera malo o desagradable se juntarían con el, puede que a veces sea borde y diga cosas dolorosas sin querer, todos tenemos defectos, pero para nada es malo ni desagradable.
Me caen muy bien Mark y Lizz, Lizz es la amiga que siempre soñé, me cuenta cosas que debo saber si tengo pareja y quiere llevarme a una fiesta algún día.
Alex no está muy convencido de ello y ha costado convencerle pero ha dicho que si, necesito sociabilizar, llevo dieciocho años de mi vida sin hacerlo.
Ahora mismo estaba en la habitación de Alex leyendo uno de los libros que me prestó ya que él había salido con una chica, me gusta mi habitación, pero la suya es tan acogedora, se que es un sitio donde siempre podré encontrarlo, realmente es el único apoyo a parte de Mark y Lizz que tengo y por tiempo de convivencia con Alex es todo muy fluido y me siento muy cómoda.
—Hola—Dijo entrando a la habitación—creía que estabas en tu cuarto, me había asustado.
—Ah no tranquilo, es que quería estar aquí, ¿no te importa?
Ahora me daba miedo invadir su espacio, para nada quiero eso, es su intimidad y debo respetarla, no debería entrar así como así.
—No, tranquila no me molesta, ¿no te gusta tu habitación?
—Si si claro que me gusta y estoy muy agradecida de que me dejes estar en ella, es solo que me apetecía estar en la tuya.
—Ah vale, ningún problema, mira, tengo un regalo para ti—Dijo sentándose a mi lado y me dio una caja que no tenía ni idea de lo que era, había una manzana en medio de la caja y no se era lo otro.
—Alex no era necesario, pero ¿que es?
—Cállate y ábrelo
A esto me refiero con que puede ser un poco borde, hace algo bonito por ti y de repente te dice que te calles de la manera más fría posible.
Le di una mirada de pocos amigos por el comentario y empecé a abrirlo.
Era como un rectángulo que pesaba un poco pero ni idea de que es.
—Sigo sin saber que es.
—Joder Liv—Dijo y puso los ojos en blanco—Se llama teléfono móvil, sirve para poder contactar con gente, tanto por llamada como escribiendo, hay juegos, te puedes hacer fotos y hay muchas cosas para entretenerte, así podrás hablar con Lizz y Mark y si alguna vez estoy fuera y llego tarde te puedo avisar, no es el último modelo pero es bueno, como me dijiste que te gustaba el azul te lo cogi azul.
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Serendipia-#1
RomanceOlivia no ha conocido el exterior, lleva toda su vida en un orfanato hasta que consigue escapar, en esa noche lluviosa conoce a Alex, el creía estar tranquilo antes de conocerla, pero resulta ser que el primer gesto de amabilidad que había tenido co...