CAPÍTULO 22

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Liv

—¿Olivia?

La voz que escuché detrás de mí no tenía nada que ver con aquella dulce niña que conocí hace ya tantos años, aún tenía su esencia pero  había madurado, se notaba que el tiempo había pasado y a decir verdad no rápido precisamente, supongo que para ella tampoco habrá sido así.

Me giré y la contemplé pasmada, no había odio en su mirada, si no aquella sonrisa tan sincera y tan adorable que tanto anhelaba.

No podía reaccionar, estaba paralizada, estaba allí en frente mío, ella por fin era libre, al igual que yo.

Aquello que tanto habíamos soñado, que tanto hablábamos en aquellas noches a escondidas por fin era real, la única pega es que hubiera deseado que para ella hubiera sido igual que para mi.

—¿Mel?—Me fuí acercando poco a poco a ella hasta que estuve tan cerca de ella que la abracé.

La estaba abrazando, mi Mel...

—¿Que te han hecho mi niña?—Lloré en sus brazos.

—Estoy bién Olivia, un poco adolorida pero bien, te echaba de menos

No me odia...

—Y yo a tí, un montón

—Yo más—Rió y yo lo hice con ella.

—No, yo más

—Yo

—Yo

—Que no, que yo más

—Mira, las dos por igual

—Bueno, vale—Se conformó.

No me podía creer todo esto.

—Estas muy guapa, ¿de mayor seré como tú?—Preguntó

—No, tu serás mas guapa—Le sonreí

—¿Y quién es el?—Preguntó en voz alta refiriéndose a Alex—Es muy guapo—Susurró

Alex al escucharlo puso una sonrisa de superioridad, como no...

—Si que lo es si—Le dije y me levanté para acercarme a él—Mira Mel, él es Alex, es mi novio.

—¡¿TU NOVIO?! ¿Es aquello que me explicaste que te dijo aquella profe? ¿Lo de estar con alguien para siempre, darse besos y esas cosas?

¿Alex querría estar conmigo toda la vida? Espero que si.

Alex me sonrió y se sentó a mi lado en la cama con Mel.

—Si, ese soy yo, he oído mucho sobre tí pequeñaja—Dijo con simpatía.

—Pues cuida mucho a mi hermana eh, y dale muchos besos

—Lo hago, lo hago, sobre todo los besos—Le di una pequeña patada y él rió.

—Si, lo hace, y también me cuida mucho, lleva haciéndolo desde el día que me encontró.

—¿Y cómo escapaste?—Me preguntó ella.

—Pués no sé porqué me querían ¿adoptar? No creo que eso fuera lo que querían hacer realmente, eran dos hombres bien vestidos, ya llevaba un tiempo pensando como escapar por la puerta trasera, y aquél día fué la oportunidad perfecta, así que lo hice, dormí en un banco y Alex me encontró allí—Le miré y besó mi frente.

—No te querían adoptar, seguro que eran los mismos que me hacían esto, son malas personas Olivia, te lo dije...

—¿Sabes qué es lo que ocurre allí?

Serendipia-#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora