Miro mis tenis desgastados. Unos converse grises que adquirí en un lugar de rebajas hace más de siete años. No había tenido suficiente dinero para comprar unos nuevos; entre comprar los libros de la escuela y pagar la colegiatura de mi estudio, lo poco que quedaba era para las comidas y la renta de la casa. Ir a la escuela y estudiar además de trabajar medio turno en la noche en la cafetería de Gotham se había hecho mi rutina del día a día. Cuanto anhelaba tener un poco de descanso.
Sostengo más cerca mis libros cuando el viento me hace tiritar del frío. He quedado con un compañero para hacer un trabajo de la clase de literatura. No quería hacerlo con él ya que pertenecíamos a distintos grupos sociales, el clásico yo la nerd y él deportista adinerado. Ya sabemos cómo terminará esta historia mal contada.
Pero las tantas historias que he leído me han dado el panorama que necesito y escribí una lista de reglas sobre esta reunión para no caer en la típica protagonista boba que se enamora de él en su primer encuentro. Tenían en funcionar, sino tendría que aplicar el plan b: quedar totalmente en ridículo para darle vergüenza y que pida un cambio de compañero.
Eventualmente iba a quedarme sola otra vez como en la clase de biología. Ese era mi lugar. En la mesa de la esquina lo más cerca del pizarrón para poder ver bien ya que no me alcanza para comprar unos buenos lentes. Mis cuadernos bien forrados y mi libreta de la suerte donde apunto todas las cosas maravillosas y un tanto raras de la vida en la tierra: como la suerte, el destino, la magia y por supuesto la conexiones. Me encantaba leer sobre las brujas, los encantamientos, los lugares mágicos. Parecía que esa era mi esencia.
—Seguro que tu eres Rachel —me dijo una voz desconocida. Volteo para ver al recién llegado.
Damián Wayne. Hijo menor del mismísimo Bruce Wayne. Hermano del idiota de Dick, el amoroso pero irritante Tim y del asqueroso egocéntrico Jason Todd. Los conocía a todos menos a él.
Era una historia graciosa. Hace dos años conocía a Dick Grayson en la escuela privada de Gotham. Yo había ganado una beca por mis excelente calificaciones y resulta que era financiada por Bruce Wayne así que sus hijos—o la mayoría de ellos— cursaban la escuela en ese lugar. Dick fue las primeras personas a las que les hablé, pero eventualmente dejamos de coincidir. Tim era amigo de un amigo, nos conocimos en una noche de bolos un año después de conocer a Dick. Conversamos sobre nuestros intereses y aunque él mostraba estar mas interesado de lo que yo lo estaba dejamos las cosas como amigos. No hablo mucho con él. Y a Jason lo conocí en una reunión en el cumpleaños de Tim, nos agradamos y nos molestábamos hasta que terminé la escuela y comencé a trabajar para la universidad que nuestros caminos se separaron.
—Si, soy yo —le contesté. Él sonrió como si fuera algo obvio. Extendí mi mano para presentarnos formalmente—. Eres Damián Wayne, el maestro Fritz no me dijo que serias mi compañero.
—Si, he estado faltando un poco a clases debido a que mi padre me necesita en la empresa —dijo sin una pizca de emociones en su rostro. Era igual a Bruce, su seriedad si que venía en la genética.
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One-shots Robrae
FanfictionDisfruta de las mini historias de RobRae No se aceptan copias ni adaptaciones Los personajes no me pertenecen, le pertenecen a DC cómics