OS #67

276 31 6
                                    

Era un reino demasiado lejano, las arenas cubrían la mayoría del lugar y era demasiado caluroso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era un reino demasiado lejano, las arenas cubrían la mayoría del lugar y era demasiado caluroso. Nanda Parbat era uno de los lugares mejores conocidos por su mercancía muy hermosa y aunque el costo a veces sobre pasaba los límites de uno, todo valía absolutamente la pena.

El pueblo mágico había pasado a manos de Thalia Al Ghul, la única hija viva, del difunto Ra's Al Ghul y quién había estado entrenando al joven príncipe Damián Wayne para sustituir a su madre después de cierto tiempo. Ambos tomaron el control total del reino y no eran una familia que fuera tan placentera con sus súbditos, teniendo reglas básicas hasta descabelladas como la muerte a manos de la realeza.

Thalia al ver que si hijo heredaría su trono y al saber lo difícil que había sido gobernar tan extensas tierras de manera solitaria, quería que su hijo se casara lo más pronto posible y así poder tener más tierras en su poder.

Aunque el príncipe se negaba en todos los sentidos a contraer matrimonio y rechazaba a todas las candidatas que se habían postulado; para su madre era algo realmente molesto que desobedeciera sus ordenes, pero Damián había sido criado por su abuelo y siempre había creído en sus palabras.

"Aunque tu deber es ser grande y tener riqueza, siempre hay que darle espacio al amor"

Damián siempre había respetado los deseos de su abuelo y ese no pasaría desapercibido. Con la mente enfocada en solamente seguir trabajando las rutinas de la realeza y olvidarse completamente de todas las princesas que a diario se encontraba en el reino, con millones de riquezas para darle y algunas con muy poca ropa a decir verdad. 

La tentación no entraba por los ojos de Damián. 

Estaba en los jardines, paseando con una de las doncellas que lo había visitado esa mañana. Damián no era un príncipe descortés así que no tuvo más remedio que escuchar las millones de frases estúpidas que había dicho la princesa en su largo camino por el palacio. El joven príncipe tenía de mascota un tigre; se lo había regalado su abuelo cuando estaba muy pequeño para conocer el significado de responsabilidad. 

Su nombre era Titus y por donde iba el príncipe, andaba el tigre algo que incomodaba a la princesa Kara de los reinos lejanos, así que no podía apartar la mirada del animal que se encontraba a unos cuantos pasos atrás de ellos. 

-Lamento si la interrumpo en su platica joven princesa, pero ¿Le molesta la presencia de Titus?- le pregunto gentilmente Damián, aunque se estaba aguantando de darle una mueca a la mujer. 

Damián quería a alguien que gozará de compañía de Titus tanto como él y sin duda ninguna de las princesas era tan valiente como para acercarse al animal por algunos segundos. Agacho la mirada al no recibir respuesta para luego dar media vuelta y caminar hacia otro lado. 

One-shots RobraeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora