Capítulo 31

2.9K 347 104
                                    

Trey Joyce

Daryl no habla. Está en completo silencio, mirando al exterior sin decir una sola palabra. Lo miro durante unos segundos mientras conduzco, preocupado por él. No sé qué decirle, tampoco qué hacer ahora. Sé que mis palabras no le servirían de nada, querrá estar así, pensando en ese chico. Intenta pasar desapercibidas algunas lágrimas que se escapan de sus ojos, ocultándolas al secarlas con las palmas de su mano. Pero puedo verlas igualmente y...

Duele.

Duele ver al chico que siempre está contento y feliz así, tan triste y decaído. Duele ver que el chico que siempre se esfuerza para que todo esté bien, esté llorando. Duele el no saber qué decirle para que se encuentre mejor. Duele ver que hay algo roto dentro de él.

Su padre mató al que probablemente era su primera pareja.

Y luego casi lo mata a él por enfrentarlo, pegándole tan fuerte que le provocó esa amnesia que no le permitía recordar a Cody Reed.

Ahora todo eso está pasando factura en él, haciéndole pagar por cosas que no se merece.

—Suéltalo todo, es lo mejor para ti —le recomiendo, haciendo que sus ojos grises se desvíen hacia los míos. Están rojizos por haber llorado estos minutos—. Perder a alguien tan cercano es difícil, lo sé porque yo perdí a mi hermano. No estaba muy unido a él como Arlette, pero verla a ella tan destrozada por su muerte, me perjudicó a mí también. En una noche había perdido a cuatro personas. A mi madre porque se fue. A mi padre porque lo detuvieron. A Archie porque murió. Y a Arlette, porque una parte de ella murió con su mellizo. Pero créeme que de todo se sale, sé que no es lo mismo porque tu relación con Cody era más íntima y porque lo viste morir delante de ti. Tan solo que...

—Entiendo lo que dices.

Suspiro.

—No me gusta verte tan... triste y desanimado. Comprendo que te duele, pero...

—Al verme así a ti también te duele. Empatizas mucho con la gente, ¿verdad? Primero con tu hermana por haber perdido a Archie y ahora conmigo al recordar quién era Cody Reed.

—Supongo que sí.

—¿Por qué te duele tanto verme mal?

—Porque no te lo mereces.

—Tal vez sí. He matado, he hecho daño a gente que no se lo merecía...

—Pero no eres un mal chico. Me estás ayudando a descubrir quién está detrás de todo esto para salvarnos a mí y a Arlette, a pesar de saber que tu vida también corre peligro si te acercas tanto. Ayudas mucho a mi hermana tan solo con tu presencia, atendiéndola, ayudándola y brindándole todo tu apoyo. Y... gracias a ti perdoné a Marcus. Y me estás ayudando a... ser más libre. A pesar de todos los problemas que estoy teniendo al estar contigo todo se vuelve más ameno. Y eso no lo había logrado nadie, cuando estaba preocupado por alguna razón, nada ni nadie me hacía sentir bien, hasta que... empecé a pasar tiempo contigo.

—¿Más libre?

—Estaba confundido sobre lo que me gustaba y lo que no. Yo mismo me estaba prohibiendo sentir algún tipo de sentimiento hacia otra persona de mi mismo género. Me reprimía y nunca permití sentir esa curiosidad o confusión, pero llegaste tú y lo jodiste todo. Para bien —aclaro con una sonrisa—. Ahora ya no tengo esa prohibición del sentirme atraído hacia otro hombre. Ya no voy a reprimirme más, aunque me cueste mi relación con mi abuelo. Me da igual.

Él sonríe.

—Siempre supe que muy hetero no eras.

Ruedo los ojos, sintiéndome más aliviado al notar que recupera ese tono de voz más natural.

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora