Capítulo 56

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Trey Joyce

No dejo de darle vueltas a las grabaciones. No dejo de pensar en todo. Mis manos se aferran con fuerza al volante, mientras mi pie pisa a fondo el acelerador. No me preocupan los demás vehículos. Solo sé que... necesito respuestas y detenerla. A Arlette. No sé qué tiene en mente. No sé qué ha podido ocurrir. Pero no puedo quitarme la imagen de mi retina de ella empuñando ese cuchillo ensangrentado, apuñalando a mi abuelo.

Fue ella.

No Archie.

Las cámaras lo grabaron.

¿Entonces qué ha ocurrido? ¿Nos mintió al decirnos que Archie estaba con ella? Pero... ¿por qué? ¿Para despistarnos? ¿Se alió a él?

La mera idea de que Archie lograra manipular a Arlette me transmite escalofríos. Porque no sé qué plan tengan en mente. No sé qué es lo que está sucediendo. Me adentro a ese bosque, conduciendo por las carreteras hasta llegar a mi antiguo hogar. Pero veo una jodida columna de humo que me indica que algo malo ha ocurrido.

No entiendo nada y Daryl no recibe ni una sola de mis llamadas.

Intento tranquilizarme, pero no puedo.

Un mensaje me llega al móvil en el preciso momento en el que estoy a punto de llegar a esa casa, viendo como todo está consumido por las llamas y varios coches están estacionados enfrente.

«Ven al lugar donde siempre ibas de niño. Tengo a Daryl dormidito y, si no llegas pronto, estará muerto. Que nadie te vea, hermanito.»

De crío siempre iba a un pequeño llano del bosque que se encontraba a unos cuantos minutos de casa. Siempre iba cuando mis padres discutían y mis hermanos se escondían en otro lugar. Estaciono el coche entre unos árboles, caminando por un sendero que me lleva al lugar exacto donde él quiere que vaya. Suelto un leve suspiro, sin saber dónde coño estará Arlette y sin saber cómo ha atrapado a Daryl.

Intento no hacer ruido para no alertar a alguien más. Me muevo en silencio, con cuidado de no tropezarme con las ramas de los árboles que tengo bajo mis pies. Noto como algo se interpone en el camino, haciéndome tropezar y casi perder el equilibrio. Pero un árbol frena mi caída.

La luz de la luna ilumina el cuerpo inerte de un hombre en el suelo. Veo algo brillante, se trata de una pistola que sostiene en su mano. Me agacho a su altura, arrebatándosela ya que él no va a necesitarla. Miro el cargador repleto de balas, sintiéndome un poco más aliviado y protegido al tener un arma, a pesar de que nunca he disparado una.

Prosigo avanzando por un camino que me sé de memoria, adentrándome en el bosque donde cualquier cosa puede pasar.

#

Daryl Lombardi

Abro los ojos, encontrándome con el cielo nocturno sobre mí. Frunzo el ceño, palpando mis bolsillos en busca de mi arma o el móvil, pero no tengo nada. Giro mi cabeza, observando una silueta a escasos metros de mí, fumando un cigarrillo. Está sentado, con la espalda pegada a un árbol.

La luz de la luna ilumina débilmente la estancia. Estuve aquí hace unos minutos, es el sitio llano donde apenas hay árboles. Estoy al lado de ese palo que está clavado en la tierra, cubierto por decenas de hojas. Continúo tirado en el suelo, manteniendo mi mirada clavada en la luna que está en el cielo. Algunas nubes logran taparla durante unos segundos.

—¿Ya despertaste? —pregunta él, apagando el cigarrillo—. Agradéceme que te saqué del incendio.

—Oh, gracias por sacarme de un incendio que tú mismo provocaste —digo con clara ironía—. ¿Por qué lo hiciste?

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora