La debilidad de Daryl ✓

Capítulo 59

Daryl Lombardi

El doctor ya me dio el alta, diciéndome que todo está perfectamente. Antes de abandonar la clínica no pude evitar pasarme por el cuarto de Ace para apretar sus heriditas y hacerle sufrir un poco antes de su muerte. Damon va a ayudarme con el plan que tengo en mente, por lo que no debo preocuparme demasiado. Será algo simple, pero efectivo. Dejo que él organice todo mientras mi primera parada después de salir de esa clínica es ir a la casa de Trey y Arlette.

Marcus me abre la puerta. Parece cansado, pero alegre de verme bien. Me adentro a la casa, viendo a Arlette sentada en el sofá del salón. Tomo asiento a su lado, logrando que desvíe su mirada verdosa hacia mí. Lo primero que hace es abrazarme con fuerza, pidiéndome perdón por todo lo que ha pasado.

—No fue tu culpa —murmuro, acariciando su cabello rojo—. Tranquila, Arlette.

—Todo fue por Archie. No podía afrontarlo. Y... no sé. No entiendo nada. Solo sé que yo tengo la culpa de todo.

—Claro que no. —Marcus se sienta en el otro lado del sofá—. Ahora debes estar tranquila para que puedas recuperarte. Ahora tu mente debe de estar muy confusa por todo lo que sucedió en estas semanas, por eso debes calmarte —le aconsejo, tomando sus mejillas—. Todos estamos bien...

—Mi padre no... y mi abuelo tampoco...

—Pero tú y tu hermano sí. Es lo que cuenta.

Ella suspira, girándose hacia Marcus para apoyarse en él. La abraza mientras me mira, diciéndome a través de esa mirada lo preocupado que está por ella. La noto demasiado delicada, frágil. Es diferente a la Arlette que conocí en un primer momento. Antes fingía ser más fuerte, pero ahora actúa como realmente es. Tiene miedo. Está confusa. Necesita ayuda profesional para terminar de sanar y ponerse bien.

Me llega un mensaje al móvil, es de Trey.

«Estoy en el hospital con Philip. No le queda mucho tiempo de vida. Después tengo que contarte algo importante.»

—¿Es mi hermano? —pregunta Arlette, curiosa.

—Sí —admito—. Philip está... muy grave.

—Quiero verlo. Pedirle perdón...

—No sé si es la mejor idea, Arlette —interviene Marcus—. Ahora lo mejor es que descanses.

—No. Quiero verlo. Por favor.

Intercambio una mirada con Marcus, antes de asentir. Ella se merece ver a su abuelo por última vez, a pesar de todo lo malo que ha ocurrido entre ellos. Decido llevarlos al hospital, para que al menos, ella pueda despedirse de él.

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Arlette es la primera en dirigirse a la habitación de Philip, donde su abuela está acompañando a su marido en sus últimos minutos de vida. Dirijo mi mirada a Trey, observando de lejos a su hermana. Se acerca a ella, mirando que Arlette está a escasos metros de su abuelo. Mary no comenta nada, tan solo está a un lado, escuchando lo que sucede a su alrededor. Tomo asiento a su lado, siendo tan solo un espectador en esto.

—¿Cómo estás? —le pregunto a Mary.

—Si preguntas por lo de Philip, te diré que ya he superado la fase del duelo hace tiempo, cuando supe que se estaba muriendo —admite—. Así que estoy bien. No se puede hacer nada por su salud y, si no lo mataba esto, lo mataría la enfermedad. Y la enfermedad que él tiene es muy larga y dolorosa. A pesar de que no ha sido un buen marido, ni abuelo, ni padre, es mi esposo. La persona que escogí para formar una familia y claro que me duele un poco, pero acepté que no se podía hacer nada.