Capítulo 9

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Daryl Lombardi

No me gusta tener que madrugar y mucho menos si es para hacer algo de ejercicio. Me mantengo en forma, pero mi especialidad no es hacer cardio, es decir sí, pero no en ese sentido. Igualmente, a pesar del sueño que tengo, me preparo para ir con Trey Joyce. Ni siquiera me molesto en peinar mi cabello, tampoco en arreglarme demasiado. Visto una simple camiseta negra y un pantalón de chándal del mismo color. Guardo en los bolsillos las llaves de la casa y mi teléfono móvil antes de salir, encontrándome con Dash en el piso de abajo.

Ni siquiera habla, se acuesta en el sofá del salón, boca abajo. Deja uno de sus brazos colgando, tocando el suelo. Lo noto cansado tras haber pasado toda esta noche fuera, porque no se ha dignado a venir para dormir siquiera.

—¿Estás bien? —pregunto, mirando a mi hermano menor.

—No —responde, soltando un suspiro.

Me acerco a él, viendo su rostro enterrado en el cojín del sofá. Con curiosidad, aparto la tela del jersey que cubre su cuello, observando un par de marcas rojizas en su piel. Alzo ambas cejas, deduciendo que no tuvo una mala noche.

—Déjame adivinar, tu amigo del pelo violeta, ¿verdad?

Al hacerle esa pregunta, gira su cabeza hacia mí.

—¿Tú qué haces despierto tan temprano? —cuestiona, ignorando lo que le he dicho.

—Quedé con Trey para ir a correr un rato —le informo.

—¿Tú? ¿Correr? ¿A las ocho y pico de la mañana? —cuestiona, riendo.

—¿Tú? ¿Follarte a tu amiguito que, en teoría, no te gustaba?

—Al menos no quiero follarme a la persona que debo matar.

—Ya cancelé el trabajo.

—Alguien más lo hará por ti —adivina, incorporándose en el sofá hasta quedarse sentado—. ¿Sabes dónde está Darek?

—Estará durmiendo. ¿Por qué?

—Tengo que hablar con él sobre un asunto —murmura, levantándose.

—¿Qué ocurre?

—Tiene que largarse. El FBI llega a Barrow después de todos los asesinatos que se están cometiendo en la ciudad. No se fían de la policía de aquí, dicen que son unos ineptos y que casos como «El descuartizador de Barrow» les queda muy grande. Principalmente, por eso decidieron intervenir ellos personalmente. Prefiero poner a Darek sobre aviso para que se vaya un tiempo antes de que ellos vengan y lo compliquen todo —explica—. Los demás no corremos ningún peligro, no tenemos antecedentes.

—No me jodas.

—A partir de ahora hay que tener mucho cuidado con todo lo relacionado a la organización —asiente él—. Y tal vez... me ofrezcan trabajar ahí.

—¡¿Qué?!

—El agente encargado del traslado y el que será jefe de todo ese equipo, fue mi profesor de criminología en la universidad. Y quiere hablar conmigo en cuanto llegue aquí, quizás para que los ayude a entender todo lo que está sucediendo en la ciudad.

—¿Y aceptarás?

—Es lo mejor para la familia y para mí.

—¿Para ti? —cuestiono, alzando una ceja—. ¿Por qué dices eso último?

—Sé de lo que hablo —dice, sin dar más detalles—. Voy a dormir un poco más hasta que Darek despierte para comentarle esto. Suerte con Trey —me da una palmada en la espalda a modo de despedida.

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora