Capítulo 20

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Trey Joyce

El timbre suena.

Mi hermana va corriendo hasta la entrada, abriéndole la puerta a su querido amigo del alma. Daryl me hizo mil preguntas antes de venir, sobre si tenía fiebre o por qué lo había invitado esta noche a mi casa. Insinuó mil cosas sucias que ignoré al completo. Simplemente le respondí que viniera si quería y al parecer, accedió.

—¡Oh, la razón por la cual soy lesbiana! —exclama Arlette—. ¿Qué haces tú aquí?

Al dirigir mi mirada hacia la entrada de mi casa, observo a mi mejor amigo Marcus molestando a mi hermana. Él me saluda en cuanto me ve, entrando a mi hogar como si fuera el suyo. Me quedo rígido en mi sitio, sin esperarme su visita.

—Oh, la razón por la cual soy heterosexual —dice Marcus, mirándola y guiñándole un ojo—. Bueno, bisexual si te miro a ti —bromea, echándome un vistazo.

—Qué imbécil —murmura mi hermana, rodando sus ojos verdes—. ¿Cómo es que no cobras una pensión por cada tontería que dices por tu boca? Ah claro, porque arruinarías al Estado.

—¿Y tú por qué no cobras por cada vez que estás así de guapa? —cuestiona, coqueteando con ella. Arlette pone cara de asco—. Ya, mejor me callo.

Me río, pero me centro en mi mejor amigo, poniendo mi mano sobre su hombro, hundiendo mis dedos en su piel. Él me mira desconcertado, sin saber por qué aplico esta fuerza en él.

—¿Qué coño haces aquí? —le pregunto amablemente—. Te dije que no aparecieras esta noche por mi casa.

—Por eso mismo vine, ¿qué ocultas, Trey Joyce?

—Quería tranquilidad y cuidar de mi hermanita —miento, mirándole a los ojos—. Vete.

—¡Panini!

Ambos dirigimos la mirada hacia la puerta, viendo a Daryl siendo abrazado por mi hermana. Me tenso, logrando que Marcus sospeche algo. Me da un golpe que casi me hace perder el equilibrio.

—¿¡A él sí lo invitas y a mí no!? —cuestiona, decepcionado—. ¿Qué tiene él que no tenga yo?

—Dinero, altura, atractivo, ojos grises, gracia, inteligencia, acento italiano, sabe empatizar con la gente, consigue droga fácil, tiene cochazos, una gran casa y es un amigo fiel. ¿Quieres que continúe o mejor me callo para no humillarte más? —comenta mi hermana—. Tú tan solo eres un intento de aborto.

No sé por qué está tan a la defensiva con Marcus. Sé que ella nunca se ha llevado bien con mi mejor amigo, pero hoy la noto mucho más borde con él, como si le hubiera hecho algo. Marcus también frunce el ceño, pensando en esa actitud tan brusca de ella. Ninguno de los dos entendemos el porqué de ese carácter.

—Me habéis reemplazado por un italiano al que conocéis desde hace dos días —murmura, falsamente dolido—. ¿No que ibas a estar solo y tranquilo? —me pregunta, reprochándome esa pequeña mentira—. ¿Entonces qué hace él aquí?

—Necesito hablar con él sobre un asunto y solo me estás complicando las cosas —le respondo en voz baja—. Si te decía la verdad ibas a montarme un drama o a decir cosas que no son.

Daryl aparece para calmar un poco las cosas, pasando su brazo alrededor de los hombros de Marcus. Él dirige su mirada hacia sus ojos grises.

—Aquí hay hueco para los dos, tranquilo —le dice Daryl, sonriente—. Tú eres el mejor amigo de Trey y yo el de Arlette. Tú le caes mal a Arlette y yo le caigo mal a Trey. Estamos empatados. Aunque yo soy más guapo que tú, en eso sales perdiendo —bromea.

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora