Capítulo 53

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Daryl Lombardi

Arlette está rara.

No es que sea muy normal.

Pero hoy la noté mucho más extraña de lo común.

Le doy pequeños golpecitos a la pantalla de mi móvil después de recibir su llamada. Clavo mi mirada en el perro, que me está viendo con la cabeza inclinada hacia un lado. Le hago un gesto para que se acerque a mí, subiéndose encima de mis piernas para brindarle un poco de atención y cariño.

Acaricio su cabeza mientras mi mano sostiene todavía mi móvil. Pienso en la llamada de Arlette y en todo lo que me dijo. Sonaba a despedida. Me prometió que todo acabaría pronto y que nadie saldría lastimado. Recordó las experiencias que pasamos juntos, desde cuando nos conocimos hasta la última. Le pregunté si estaba bien y me respondió que sí. Pero... algo falla.

El tono de su voz.

Su forma de hablar.

Y los temas que mencionó.

Enciendo la pantalla del móvil, buscando en mi agenda el número de Trey. Lo llamo, queriendo saber si nota a Arlette actuando de manera extraña, al igual que yo. Él lo descuelga enseguida, atendiéndome al segundo tono.

—¿Estás con Arlette?

—No, estoy con mi abuela. Suena a ironía, pero es verdad —aclara—. La trasladaron hoy a su casa y la estoy ayudando con algunas cosas mientras Philip se fue a... yo qué sé dónde. Arlette estará en la casa, me dijo que se quedaría ahí.

—Está bien.

—¿Pasó algo con ella?

—Me llamo hace unos minutos y la noté extraña, pero serán cosas mías.

—Marcus también me lo comentó —murmura él—. ¿Qué crees que está pasando con ella?

—Algo relacionado con Archie, quizás habló con ella y... le dijo algo.

—¿El qué?

—No lo sé —confieso.

Continúo acariciando la cabeza del perro al hablar con Trey por teléfono. Él alza su mirada hacia mí, lamiendo mi mano a modo de agradecimiento.

—En unos minutos iré a casa y comprobaré que ella está bien. No puedo dejar a mi abuela sola, sigue bastante delicada después de la operación y mi abuelo no aparece. Se fue de casa diciéndome que tenía un asunto importante que atender y todavía no ha llegado.

—Me adelanto mientras tú estás allí.

—Está bien, te veo allá.

Cuelgo. Me levanto del sofá, dejando al perro en otro de los asientos. Tomo mis cosas antes de marcharme a la casa de Trey y Arlette.

Conduzco en completo silencio, luciendo tenso al agarrar tan fuerte el volante. Presiento algo malo. Y ese algo tiene que ver con Arlette. ¿Archie la amenazó? ¿La manipuló? ¿Se la llevó? ¿Todas a la vez? Quizás aceptara sus condiciones con tal de acabar con toda esta mierda que los rodea desde hace semanas. Pero, aunque lo obedezca, Archie no va a abandonar su plan. Él quiere matar a Trey y a ella. Él quiere la herencia. Él quiere irse lejos de aquí en cuanto consiga lo suyo.

Detengo el coche frente al portal de la casa, aparcándolo justo delante. Timbro un par de veces, sin recibir ninguna respuesta en el interior. Vuelvo a llamar, esta vez golpeando la puerta de madera con los nudillos. Pero nada. Sin respuesta.

La llamo al teléfono móvil, escuchando como la melodía suena en algún lado. Doy un rodeo por el exterior de la casa, escuchando el sonido siendo más fuerte cuando me acerco a la ventana que da a su cuarto. Pero está cerrada por unas cortinas totalmente opacas. Escucho un coche acercarse a la casa. Vuelvo a la entrada, viendo que Trey ya ha llegado.

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora