Capítulo 29 [+18]

5.4K 419 279
                                    

Daryl Lombardi

No se escucha ni un solo ruido en la habitación, tan solo nuestras respiraciones mientras estamos acostados en la cama, separados por una gran almohada que ocupa la mitad del colchón. Trey no menciona ni una palabra, parece que solo quiere dormir para pasar al día de mañana. Pero yo no tengo ni una pizca de sueño después del susto que me dio esa niña del pasillo.

Trato de moverme, pero el espacio en la cama no es muy grande para dos personas y mucho menos con una almohada por el medio. Estoy en la esquina derecha, al lado de la ventana que da al exterior, a punto de caerme del colchón y darme la hostia del siglo.

Termino arrancando la almohada que nos separa, tirándola a un lado del cuarto para tener más espacio y movilidad en la cama.

—¿Qué haces? —pregunta Trey.

—Quitar la almohada.

—¿Por qué?

—Porque esta cama ya es demasiado pequeña para dos personas y más con una almohada que ocupa la otra mitad del colchón.

Trey se gira, poniéndose boca arriba, aunque su cabeza esté en mi dirección, viéndome fijamente con sus ojos verdes.

—No invadas mi espacio personal —me advierte.

—Tú invadiste mi mente, creo que es un trato justo que invada un poco de tu espacio personal —sonrío.

Pongo mi mano sobre su pecho, notando a través de la tela que cubre su desnudez cómo el ritmo de su corazón aumenta conforme me acerco a él. Deslizo mi mano hacia su cuello, sin detenerme en él por mucho tiempo. Asciendo mis dedos hasta tocar su mandíbula marcada y, finalmente, acaricio su labio inferior con mi pulgar. Sinceramente, agradezco que la cama sea estrecha por esto, me ayuda a acelerar este tipo de cosas con él.

—¿Piensas que por estar a solas en una misma cama va a pasar algo entre nosotros? —cuestiona en voz baja.

—En los últimos días me has demostrado que, aunque no hubiera una cama de por medio, sí habría algo más entre nosotros.

—¿Ah, sí? ¿Cómo qué?

La sonrisa que dibujan sus labios tras formular esa pregunta me afirma qué es lo que él quiere.

Deslizo mi mano hasta su mejilla, atrayéndolo más hacia mí a la vez que apoyo mi codo en el colchón para incorporarme. Inclino mi rostro hacia el suyo, acariciando mis labios contra los suyos antes de besarlo. No noto ningún tipo de resistencia, es más, siento como su mano se coloca en mi nuca para romper la milimétrica distancia que separaba nuestros rostros.

Uno mis labios contra los de él, sintiendo el cálido y húmedo roce de su boca y la mía, moviendo nuestros labios en un mismo compás mientras me posiciono sobre él, apartando las mantas hacia el otro lado de la cama. Ladeo mi rostro, besándolo con más profundidad y agilidad, adentrando mi lengua en su boca, ahogando cualquier jadeo que se nos escape.

Noto que su mano se clava en la parte baja de mi espalda, atrayéndome hacia él, pegando mi cuerpo contra el suyo mientras nuestros labios continúan unidos por ese beso que toma un ritmo más brusco, cálido y necesitado. Nos besamos como si estuviéramos hambrientos el uno del otro, como si un beso no fuera necesario para calmar todo lo que estamos sintiendo. Trey sigue descendiendo su mano hasta mis caderas, presionándome contra la erección que se está formando tras su pantalón.

Me doy cuenta del movimiento que hace contra mí, rozando nuestros miembros por encima de la ropa, buscando ponerme más duro de lo que ya estoy por tenerlo así, debajo de mí, con su boca soltando pequeños gemidos ante el mínimo contacto conmigo. Su respiración luce tan agitada como la mía, como si el mínimo roce lo excitara. Su boca está entreabierta, a escasos milímetros de la mía, respirando con dificultad. Sonrío contra sus labios, adentrando mi mano por dentro de su camiseta, acariciando cada uno de sus músculos con las yemas de mis dedos.

La debilidad de Daryl ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora