DIEZ

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Semana y media había pasado cuando Minho regresó finalmente a la universidad.

Aquel día Jisung caminaba desde la biblioteca al edificio donde tomaría su siguiente clase cuando a lo lejos reconoció cierta cabellera castaña que le traía inquieto desde hace unos días por su repentina y extraña desaparición.
En un inicio pensó que lo había confundido con alguien más y solo era una visión que su mente había creado para mantener sus nervios controlados, pero mientras más se acercaba se dió cuenta de que realmente era Minho. Solitario como ya era costumbre, pero con el olor a madera y libros viejos por todo el lugar.

Lucía cansado y un tanto fastidiado. Sabía por cuenta propia que después de un celo no tenías la mejor imagen- a menos que la pasaras en pareja- sobretodo por la falta de sueño que el inmenso calor y dolor generaban.
Pero Minho lucía realmente agotado.

Así que todo esto, el volver a verlo y a la vez encontrarlo tan débil, hacían que su omega rasguñara con más fuerza que nunca por acercarse al alfa y cerciorarse de que estaba sano. Parecía estar incluso desesperado.

Quería correr hacia él y abrazarlo porque estaba bien. Pegarle porque le había preocupado y luego volverle a abrazar para sentir que estaba ahí realmente y no se trataba de un sueño.

Y parece ser que su Omega realmente lo deseaba con fuerza porque sin pensarlo corrió hacia el alfa y en un instante, ya lo tenía presionado contra su pecho.

Minho por instinto brinco y comenzó a alterarse pero al percibir el aroma tan delicioso de Jisung, petricor y chocolate con leche, se calmó. Incluso su alfa, que se había puesto en posición de ataque en un inicio, bajo sus orejas y se sentó sumiso y feliz.

Jisung estaba de pie a un lado, abrazando el cuerpo de Minho por los hombros, haciendo que la cabeza del alfa reposara en su pecho.

Minho movió la cabeza ligeramente lo que le permitió ver qué Jisung tenía los ojos cerrados, le estaba abrazando con un fervor que jamás había sentido.

Y que se sentía muy bien en realidad.

Los brazos delgados de Jisung eran realmente cómodos y reconfortantes, además de que podía sentir la emoción que el abrazo traía consigo, era como si estuviera hablando sin decir una sola palabra.

Por lo que un poco dudoso, quiso devolver el gesto. Su posición era un tanto dispareja, por lo que el único lugar donde pudo colocar sus brazos, fue en la cintura del omega peliazul.

Jisung se sorprendió ante el gesto por lo que abrió sus ojos y miro la cabeza de Minho aún recargada en su pecho, notando que el alfa mantenía sus ojos cerrados. Era un abrazo muy maternal que ambos se dedicaron a saborear.

El omega cerró sus ojos y con lentitud apretó el cuerpo bajo suyo. Minho sonrió como reflejo y apretó un poco más la delgada cintura que rodeaban sus brazos.

Se mantuvieron así, unos minutos que nadie contó, hasta que Minho comenzó a sentirse incómodo y nervioso.

No lo malentiendan, el abrazo era cálido y de cierta manera habría querido quedarse ahí más tiempo. Pero hacía mucho no estaba acostumbrado al contacto físico tan embriagador, por lo que con lentitud se separó del omega quien al soltarlo se deslizo en la banca sentándose a su lado.

-Hola- saludó Minho, haciendo reír a ambos algo nerviosos por caer de nuevo en la realidad y no saber explicar lo que había ocurrido segundos atrás.

-¿Cómo estás? No te vi desde aquella tarde y a decir verdad, estaba realmente preocupado por ti ¿todo bien?

-Si- Contestó tratando de ignorar el hecho de que Jisung se había preocupado por él y cómo su alfa había reaccionado ante tal confesión. -Lo lamento, mis celos suelo pasarlos incomunicados y me tomó más tiempo para sentirme bien por completo.

MAKTUB × Minsung OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora