TREINTA Y TRES

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Tal y como dijeron, el día en que el celo del alfa iniciaría Jisung se encontraba frente a su puerta con una mochila enorme en sus manos.

Minho lo dejo pasar a su casa porque aún se sentía bien así que espero paciente a que el omega sacara todas sus pertenencias de la mochila: playeras, suéteres, fotos, su hijo Leebit y sus rompecabezas descansaban sobre la cama.

-Si necesitas algo no dudes en llamarme y puedo venir directamente o mandar a alguno de mis hermanos.

-Estare bien Sung, no es el primer celo que paso solo.

-Lo sé y eso me pone triste, al menos yo cuento con mis hermanos que me cuidan y miman, pero tú estarás aquí solito.- Jisung hizo un puchero y Minho sonrió ante lo tierno que lucía además de que se sintió querido al saber que alguien se preocupaba por él por primera vez en mucho tiempo.

-No te preocupes Sunggie, cerraré todo con llave y tendré el número de emergencias en un acceso directo para que no estés nervioso. Aceptaré todas tus llamadas aunque sea para hacerte saber que estoy bien, y si estoy en condiciones te mandaré fotos cada tanto para que no me extrañes.

-Bien, incluye audios y estaré completamente feliz.

-Lo haré - Minho rió por lo ocurrente que a veces resultaba su omega por lo que lo beso levemente.- Te extrañaré mucho.

-Yo también - Jisung lloriqueo y lo beso de vuelta queriendo quedarse allí siempre, sin embargo, con el pasar de los minutos el aroma de Minho se empezó a hacer más fuerte y comenzó a sentirse nervioso, por lo que supo que debía partir.- Dejo irme Minho, te llamaré y después de esto hablaremos bien.

-De acuerdo, ve con cuidado, avísame en cuanto llegues o saldré a buscarte.

-Nada de salir, en cuanto salga por esa puerta quiero escuchar como le pones llave.- Demandó y Minho rió porque incluso así lucía tierno, Jisung no podría espantar ni a una mosca.

-Si papá.- Bromeó antes de esquivar un manotazo por parte del omega que claramente falló.- Te acompaño.

Bajaron y se quedaron mirando un rato en la puerta antes de besarse y separase finalmente. Jisung no se movió del pórtico hasta que escuchó la llave ser puesta y se despidió con un pequeño grito del alfa. Comenzó a caminar directo a su hogar pues aunque no quería dejar al alfa completamente solo en su casa mientras tenía el celo, iba a respetar cualquier decisión del mismo.

Llegó a su casa a los pocos minutos, iba a subir directo a su habitación cuando un sonido en la cocina lo distrajo. Camino hacia dicho lugar y se sorprendió de ver a sus hermanos allí cocinando tranquilos.

-Chicos.- Saludo sin saber que decir exactamente. Ya casi no pasaban tiempos juntos, el trabajo, la universidad y sus respectivas parejas hacían que el compartir tiempo se hiciera imposible. Era un sentimiento extraño y un tanto amargo pues pasaron de convivir diario a solo verse por ratos.

-¡Sung!- Changbin gritó dejando a un lado la zanahoria que pelaba y caminando hacia su hermano para darle un abrazo bastante fuerte.- Hace mucho no te veo por aquí.

-Yo siempre estoy aquí, son otros los que ya se olvidaron de su dirección y decidieron abandonar a su tierno y omega hermano solo en una casa fría.

Y aunque trato de sonar como broma la verdad es que él sabía que ese sentimiento amargo era real.

-Oh Sung, en verdad lo sentimos.- Changbin aún lo sostenía de los hombros por lo que en un movimiento rápido lo atrajo a su pecho de nuevo para un abrazo.

-Es nuestra culpa, casi no hemos estado aquí, perdón.- Chan se había acercado a ellos, vestía un mandil negro y aún cargaba el cucharón con el que hacia la comida. Lucía muy hogareño.- Pero quiero que sepas que no importa si casi no nos vemos o estamos en lugares totalmente distintos, nuestro cariño hacia ti siempre está presente. Cuando lo necesites puedes marcarnos y nosotros correremos hacia ti.

MAKTUB × Minsung OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora