TREINTA

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El cántico de los pájaros, el suave mover de las hojas de los árboles y los rayos de sol que se colaban por las cortinas fueron la magnífica razón de que el alfa se encontrara despierto.

Habían dormido como nunca antes, era tan cómodo estar en la cálida cabaña, con la vista despejadas del cielo y el sonido de los animales nocturnos arrulandolos. Sumado a que podían sentirse con totalidad, olerse sin trabas y mirarse con amor, definitivamente era una de las mejores mañanas que habían tenido juntos.

Vio la hora y noto que eran las once de la mañana por lo que debían darse prisa.

-Despierta Sung - Minho susurro al omega entres sus brazos que fruncía el ceño por no querer despertar.- Vamos mi perezoso omega, ya casi debemos salir de aquí.

Con su nariz aplastó las mejillas contrarias en un gesto amable en repetidas ocasiones, logrando que el omega abriera los ojos confundido.

-¿Qué haces?- Preguntó riendo.

-Despertandote, creo que lo logré.- Beso sus labios y Jisung amó que Minho luciera tan feliz.-Vamos tienes que levantarte, iré a calentar la comida.

El alfa se levantó para calentar el poco chocolate que quedaba y juntar las galletas que compraron con anterioridad.

-Sunggie, ya está.- Grito y espero a que el omega saliera del baño con el rostro lavado para acercarse a él y besarlo con amor.- Buenos días, ¿cómo dormiste?

-Bien, descansé como nunca. Tal vez por el lugar, la tranquilidad y el sonido del bosque, o simplemente porque tú estabas a mi lado y mi lobo podía sentir que estabas bien, ya no lloraba.- Confesó mientras tomaba asiento, la verdad es que si dormir con el alfa significaría ahora descansar de aquella manera, no saldría de su casa.

Desayunaron con tranquilidad, disfrutando de la mañana y su último día allí.

-Hay que levantar lo poco que dejamos, ya casi llega tu hermano.

Ambos se pusieron de pie y lavaron sus tazas antes de ir al baño para asearse y vestirse y continuar guardando las cosas que habían sacado en su estancia ahí.

Así, cerca de cuarenta minutos después todas las cosas ya estaban listas. Se mantenían en la sala mientras ellos estaban recostados en el pequeño sillón que había en ella con vista a la puerta de cristal que mostraba el gigantesco bosque.

Su tranquilidad se interrumpió cuando el telefono de Jisung sonó, el omega se estiró con flojera y lo tomo de la mesa notando que Chris le llamaba.

-¿Hola?

-Sung, hola. Ya estamos acá afuera del portón, llegamos antes de tiempo porque, bueno, traemos sorpresa, pero ustedes tomen su tiempo y disfruten su cabaña hasta el ultimo segundo, solo quería hacerte saber que aquí estamos para cualquier cosa. Márcame cuando quieras que entremos por ti o si quieres disfrutar del bosque y caminar hasta acá.

-Yo creo que caminaremos hasta la entrada, los veo en una media hora.

Y sin más colgaron no eran de despedirse en las llamdas, ambos sabían cuando la conversación había terminado.

-¿Era Chris?- El alfa a su lado preguntó sin dejar de hacer cariñitos en su cabello y mirando hacia la nada.

-Si, ya llegaron, dijeron que nos esperarán afuera.

Minho miró su reloj y noto que la hora de salida sería en quince minutos.

-Ya casi nos vamos Sung, ¿no quieres pasar al baño?

-Si, pero no me quiero levantar de aqui tampoco. Llévame.

Pidió en broma pero a los dos segundos sintió su cuerpo ser cargado por su alfa en forma matrimonial mientras se dirigían al baño.

MAKTUB × Minsung OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora