VEINTISÉIS

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Los días comenzaron a transcurrir rápidamente por lo que sin darse cuenta ya habían pasado tres meses desde que Minho decidió ir a terapia.

Si se dijera que todo iba bien sería mentir pues hubo muchas ocasiones donde Minho ya no se sentía capa de seguir con todo. Le dolía recordar el abuso y el engaño que recibió siendo solo un cachorro. Era exasperante el hecho de saber que sus propios padres encubrieron una violación y le hicieron sentir sucio minimizando su dolor. Simplemente quería cerrar los ojos y poder olvidar todo como por arte de magia.

Pero ésta era la vida real y necesitaba ser fuerte y enfrentar los monstruos que lo atormentaban.

Jisung jamás se alejo de él, se mantenía fuerte las noches en las que Minho lloraba tratando de consolarlo aunque eso significara llorar encerrado en el baño una vez que el alfa se quedaba dormido. O incluso aguantar aquellos días en los que el alfa necesitaba su momento a solas y no le hablaba en horas, aún cuando su lobo sollozaba en su interior pidiendo atención.

Sin embargo, también comenzaban a percibir los aspectos positivos de la terapia. Minho había mejorado muchísimo, ya no se limitaba como antes y se le ve más feliz y presente en las conversaciones. Se incluía y, aunque aún lucía tímido o no soportaba tanto tiempo estar rodeado de mucha gente, podía notarse ese cambio dentro del estado de ánimo del alfa.

Y aunque tres meses suene como un tiempo relativamente corto, han ocurrido más cosas de las que creyeron nunca. La graduación de los más grandes llegó. No hubo evento grande ya que la titulación de cada uno dependía de sus tesis, promedios y demás trámites burocráticos tediosos que culminaban en un papel. Solamente hubo una pequeña ceremonia donde los directivos felicitaban a los alumnos por concluir con sus clases y les deseaban una buena trayectoria académica y de vida.

Claro que por parte de los amigos si hubo fiesta. La casa de los Seo se convirtió en el salón de fiestas ideal invitando a algunos compañeros de la facultad o externos. La verdad era que hace mucho no se perdían tan mal como aquella vez, tomando shots hasta por respirar.

Claro que después de un mes de vacaciones los omegas y la pareja Hwang tuvieron que volver a la universidad, mientras que los alfas comenzaban con sus trámites aburridos de adultos responsables, ocasionando que cada vez se vieran menos.

Lo que nadie esperaba es que después de dos semanas de clases un muy sonriente Felix ingresara al salón portando una linda marca en su cuello. Claro que sus amigos se volvieron locos al ver aquello y pasaron toda la tarde preguntando sobre la experiencia de compartir un vínculo con tu destinado. Había sido muy lindo ver a Felix llorar de la emoción por aquello.

Y así pasaron los meses, sin darse cuenta todos se estaban convirtiendo en verdaderos adultos cargados de responsabilidades y sin tiempo para comer bien siquiera.

Por ello es que habían decidido reunirse aquel sábado, tenían cerca de tres semanas en los que no se habían podido ver. Esta vez Minho había prestado su casa como centro de reunión por lo que su omega y él se encontraban arreglando todo desde temprano.

-Es extraño que siendo hermano de ellos y viviendo en la misma casa, haya visto pocas veces a Chris y Changbin últimamente.- Jisung comento mientras levantaba todos los objetos de vidrio pues conocía a sus amigos y eran capaces de tirarlos estando ebrios.

-Si es extraño pero supongo que es normal, ser hermanos no significa que tengan que saber la vida de los otros con lujo de detalle. Tal vez ellos un día se vayan a vivir con sus parejas y ocurriría lo mismo.- Minho tallaba el suelo con fuerza mientras hablaban.

MAKTUB × Minsung OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora