TREINTA Y CUATRO

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Parecía que el tiempo decidió ir más lento desde que Jisung dejo a Minho solo en su casa ya que los cuatro días que estuvieron separados se sintieron como una eternidad.

Jisung recibió fotos, audios y una que otra llamada de su alfa pero aún así, sentía que ya necesitaba verlo. Lo extrañaba mucho y quería hacerle mimos tanto como su lobo quien se la había pasado llorando y rogando ir hacia el alfa para pasar su celo juntos.

Hubo mucha fuerza de voluntad en ambas partes para no saltar por la ventana y correr hacia la casa contraria a refugiarse en el olor del otro. 

Su martirio finalmente estaba terminando ya que habían acordado que aquella tarde se verían en la casa del mayor para volver a estar juntos, que el omega recogiera sus cosas y para hablar de aquello que los tenía tan nerviosos.

Jisung caminaba a paso lento hacía su destino, no iba a mentir, estaba nervioso al pensar que en tan solo unos minutos estaría hablando con su alfa sobre algo tan importante y significativo como la marca, específicamente su marca. Aquella que los uniría por siempre.

Llegó frente a la puerta desgastada más rápido de lo que planeaba por lo que no le quedó de otra más que tocar y esperar respuesta.

Escuchó el sonido del seguro siendo quitado, Minho apareció a los pocos minutos vistiendo un pans holgado negro y una playera negra que le quedaba muy bien, traía sus sandalias puestas y su cabello estaba mojado por su reciente ducha.

Jisung no pudo esperar más y sin hablar camino hacia él y lo abrazó con todas sus fuerzas, Minho sonrió enternecido mientras tomaba su cabeza en sus manos y le daba una leve caricia.

-Te extrañé mucho, ¿cómo estás?- El omega pregunta al separarse mientras ingresaba al hogar. Toda la casa olía a Minho lo cual lo había hecho sentirse en casa pero nervioso al mismo tiempo por su intensidad.

-Bien, fue algo brusco pero estoy bien.- El alfa camino hacia su refrigerador para sacar un bote de helado de chocolate y unas cucharas.- Vamos para arriba.

Jisung asintió y ambos subieron lentamente las escaleras. Al entrar a la habitación el omega se sintió mareado al ser golpeado fuertemente por el olor del alfa. Los libros viejos y la madera tenían su centro en aquel cuarto y se distribuía por todos los rincones. Incluso con las ventanas abiertas lo único que Jisung podía respirar era el aroma de Minho.

-¿Sung?- el omega ni siquiera notó que se había quedado en la entrada dela habitación hasta que escuchó la voz del alfa.

-Lo siento, es solo que huele demasiado a ti.

-Oh, lamento si eso te marea, ventilé toda la casa en cuanto supe que venías para que no te incomodara y creí que lo había logrado pero supongo que estoy acostumbrado a mi olor que no noto que sigue aquí. Déjame poner el ventilador.

-No, no lo hagas.- Jisung detuvo al alfa que se ponía de pie.- Estoy bien, me gusta mucho tu olor y sentirme rodeado por el, es satisfactorio.

Minho sonrió orgulloso, nunca había entendido lo que significaba marcar a alguien con tu aroma hasta que su alfa regreso completamente haciéndolo sentir esa extraña necesidad  de cubrir a Jisung con su olor para hacerle saber a cualquiera que se a acercara al omega que ya tenía alfa. Así que aquel comentario lo puso feliz ya que jamás se había atrevido a rodear al omega con su aroma en señal territorial porque sentía que era una acción muy íntima y sobre todo muy de pertenencia y no quería que Jisung se sintiera como un objeto pero ahora tal vez se atrevería a intentarlo en algún futuro.

La pareja se sentó en la cama y Minho destapó el helado después de ofrecerle una cuchara a Jisung para que comiera.

-Tu cosas ya están limpias y listas en tu mochila, están ahí sobre la silla.- Minho señaló el lugar y Jisung observo dicho objeto.

MAKTUB × Minsung OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora