4

3.3K 196 65
                                    

Un pequeño niño pelirrojo había salido de paseo con su familia, estaba sosteniendo la mano de su madre, mientras su padre iba caminando un poco delante de ellos.

Una mujer que pasaba por ahí se detuvo un momento al ver al niño.

- ¡Cielos, que lindo pequeño! – expresó enternecida con la linda y muy pequeña figura del pelirrojo.

El niño se sonrojó inmediatamente, avergonzado y feliz por el elogio.

- No se supone que los niños sean "lindos" – dijo su padre volteándose para mirarlo a los ojos con una dura expresión. El corazón del niño se estrujó, puso una expresión triste y sus ojos se empezaron a humedecer.

- Escucha Chuuya, no hay nada de malo en ser bonito – dijo su madre quien se agachó hasta estar a su altura – Es solo que tu padre no lo entiende.

El pelirrojo solo la escuchaba mientras empezaba a sollozar.

En un abrir y cerrar de ojos, su madre soltó su mano.

- ¡Mami! – gritó Chuuya asustado, tratando de correr hacia ella. Pero la mujer solo se alejaba más y más.

- Hijo – su padre lo agarró del hombro deteniéndolo – Si naciste siendo hombre entonces compórtate como tal – sonaba disgustado – Eso significa que no vas a sonreír como tonto cuando alguien te llame lindo.

.

.

.

Chuuya se encontraba sentado es su silla enfrente de su computadora.

Estaba completamente desnudo. Salvo por su distintiva gorra y mascarilla.

Tenía una pierna en el suelo y la otra doblada y puesta encima de la silla. Su mano derecha estaba jugueteando con su pezón derecho muy animadamente, mientras que su mano izquierda masturbaba su miembro.

Jadeos y pequeños gemidos se escapaban de sus labios. Todo se sentía muy bien.

Ding.

T.Shuji1919: Luces demasiado lindo justo ahora.

Chuuya se estremeció al ver el apodo.

- Gracias – dijo mirando directamente a la cámara, con sus mejillas sonrojadas y una sonrisa completamente genuina, la cual la mascarilla tristemente tapaba.

.

.

.

- Muchas gracias – susurró Chuuya entre sueños.

Ding Dong. Ding Dong.

Se levantó por el repentino sonido del timbre.

- Comenzó a llover de la nada – dijo cuando terminó de abrir por competo los ojos y vio la lluvia por su ventana.

Ding Dong. Ding Dong.

Chuuya seguía un poco distraído a causa del sueño, por lo que reaccionó tarde. Y se paró muy lentamente de su cama.

- ¿Quién será? – preguntó para sí mismo cuando llegó a la puerta y encendía las luces.

- Hola, señor vecino – Dazai apareció por la puerta de una manera tan aterradora que parecía sacado de una película de terror.

"¿Señor vecino?", el pelirrojo se repitió el nuevo apodo para sí mismo confundido.

- ¿Sabes algo sobre ese paquete? – continuó el castaño, poniéndose a un costado para que el más bajo pueda ver el paquete que yacía en la puerta del departamento ajeno – Creí que te ibas a hacer cargo, ¿No es así?

FULL VOLUME || SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora