FULL VOLUME || Soukoku

13

Los rayos del sol golpearon el rostro de Chuuya, por lo cual parpadeó un par de veces aún somnoliento.

"Mmm...sábanas frescas, el olor del suavizante, todo se siente tan bien...", pensó mientras se meneaba debajo de las sábanas que cubrían todo su cuerpo.

Pero algo no le cuadraba.

De repente se sobresaltó, y todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente de golpe.

- ¡Ahhhhh! – gritó sentándose en la cama.

- ¿Cuál es el problema? – Dazai entró rápidamente a la habitación - ¿Estás bien? ¿Qué sucedió? – a pesar de tener una expresión preocupada, el castaño literalmente estaba brillando, es como si toda su buena vibra y alegría se estuviera desbordando de su cuerpo. Llevaba el cabello recogido en una colita baja, y tenía puesto un mandil rosado, el cual tenía un curioso gatito naranja con ojos azules bordado en el pecho.

"¿Cuál es su plan?", pensó Chuuya desconcertado. "Este idiota, es tan obvio lo que está tratando de hacer".

Y tenía razón.

Dazai tenía la intención de mimar a Chuuya con un desayuno, después de su salvaje noche de pasión, con la esperanza de hacer ver su relación más cercana e íntima, casi de pareja.

- ¿Chuuya? – el castaño se le acercó - ¿Tuviste una pesadilla o algo? – preguntó dulcemente acariciando su mejilla.

"Wow, puedo oler la mantequilla, el café y una pizca de vainilla...", Chuuya se sonrojó ante la repentina muestra de afecto, y se sintió adormilado de nuevo.

- ¡No! – gritó entrando en razón. Dazai retrocedió de un salto por el susto - ¡Voy a llegar tarde para mi sesión de personal trainer! – dijo agarrando su ropa de manera apurada y saliendo de la habitación.

Todo fue tan repentino, que Dazai no tuvo la oportunidad de decir ni una sola palabra.

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Chuuya estaba en el gimnasio. Hacía vergonzosamente solo una sentadilla entre cada serie, porque le dolía mucho el trasero.

- ¡Hey, Chuuya! – se le acercó animadamente Ranpo, ofreciéndole una botella de agua, clara señal de que tenía que tomar un descanso – Tú pareces estar en buena forma hoy.

- ¿De verdad? – preguntó el pelirrojo incrédulamente.

- Parece que estás bien por fuera, pero todavía tienes una nube sobre tu cabeza – Ranpo empezó a analizarlo de pies a cabeza – Aunque, algo se siente diferente hoy – desde su punto de vista, Chuuya tenía un aura brillante – De alguna manera, te ves más relajado.

- Pero estoy de mal humor.

- ¡Cuéntamelo todo! – exigió Ranpo.

"¡¿Cómo puedo decirle que el chico de al lado me folló tan bien que me vine por toda la cama?!", pensó avergonzado.

- ¡Nos vemos después! – se despidió del pelinegro, o mejor dicho huyó de él antes de que su creciente sonrojo le diera más pistas para deducir lo que había pasado.

- Me pregunto por qué está siendo tan tímido – cuestionó Ranpo.

Cuando Chuuya llegó a su apartamento, lo primero que hizo fue desplomarse en su cama. Estaba muy cansado.

En ese momento, sintió una punzada en su espalda baja.

"Nosotros lo hicimos tan duro anoche que mi trasero todavía se siente extraño", pensó mientras se puso de costado en su cama para poder observar su trasero. "Todavía lo siento vívidamente empujando dentro de mí", en su mente aparecieron las situaciones más intensas de su encuentro con el castaño, y sin darse cuenta, se metió un dedo a la boca. "Era tan grande. No fue como todos mis juguetes. Se sintió tan caliente adentro...", Chuuya comenzó a chupar su dedo levemente. "Y era sólido como un tubo de metal, incluso sus manos estaban calientes cuando me tocaba", sacó el dedo de su boca, y lo dirigió a su agujero, y empezó a presionar y sobar por encima de su pantalón.

- ¡Deja de pensar en él! – se tiró una cachetada - ¡Basta! ¡Necesito dejar de pensar en él! – dijo echándose boca abajo, y escondió su rostro sonrojado en la almohada – Estoy bien por mí mismo. Solo fue una noche de diversión... - y otra vez, como si de una maldición se tratase, el castaño se adueñó de sus pensamientos – Necesito tomar un descanso de los streamings por hoy. Estoy exhausto.

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Al día siguiente, Chuuya si decidió hacer una trasmisión.

- ¿Por qué no hice una transmisión anoche? – dijo frente a su computadora – Oh, estaba sintiéndome mal – cosa que de alguna manera era verdad – Así que me tomé un día libre...

Ding.

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Por un instante, los ojos de Chuuya brillaron de emoción al ver ese nombre.

- ¿Saben qué? Creo que todavía me siento mal – fingió toser mientras trataba de ocultar su sonrojo con su mascarilla y bajando más su gorra – Los veo otro día.

"Qué vergüenza", pensó sentado en su silla mientras abrazaba sus piernas.

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"¡¿Cuánto tiempo más descansará?!", pensó Dazai al borde de la desesperación después de revisar su celular, y ver que ya habían pasado varios días desde la última transmisión del pelirrojo. "¡Ya ni siquiera lo veo en el pasillo!", empezó a quejarse. "La pasamos tan bien esa noche. Así que quería pasar directamente a las citas, pero nunca pensé que él empezaría a evitarme así", estaba literalmente llorando internamente. "Solo hay dos opciones. No le gustó algo sobre el sexo o le gustó demasiado, así que ahora está avergonzado después de perder el control".

- Señor Dazai, llegó temprano – lo saludó Higuchi amablemente. Dazai la miró con mala cara, pero se compuso al ver que detrás de ella estaba el Señor Hirotsu.

Se encontraban en un restaurante, en el cual tendrían una reunión sobre su reciente documental.

- Bien, si es mi director favorito – dijo Dazai mientras le estrechaba la mano a modo de saludo - ¿Cómo está?

- Muy bien – respondió Hirotsu tranquilamente – El documental fue todo un éxito gracias a ti.

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Unas horas después, Dazai se encontraba en el ascensor de camino a su apartamento.

- Es bueno saber que mi trabajo va muy bien, pero ¿Por qué no me siento más gratificado? – dijo mirando hacia el suelo depresivamente – ¿Es por qué el amor de mi vida no me hace caso? – Dazai había activado su modo drama.

Cuando bajó del ascensor vio un paquete al frente de su puerta, y lastimosamente si estaba dirigido a él.

"¡Nunca debí haberme hecho cargo del problema en las entregas!", se quejó mientras fingía llorar y entró a su apartamento.

Unos minutos después, Chuuya abrió su puerta.

Cuando se aseguró de que el castaño no daba señales de querer volver a salir, corrió rápidamente al ascensor.

"Casi me vuelvo a encontrar con él", pensó muy avergonzado, tenía puesto una polera con capucha, la cual le ayudaba a esconder su rostro cada vez que se sonrojara, algo que le pasaba muy seguido últimamente. "Es tan vergonzoso que haya eyaculado de esa forma. No puedo verlo a los ojos".

Ding.

Le llegó un mensaje.

[...]: ¡Hey, Chuuya! Déjame invitarte a cenar afuera. Si estás libre, ¿Qué te parece mañana?

Chuuya miró inquieto el mensaje, incluso un poco preocupado.

Las reuniones con Mori Ougai siempre eran incómodas.

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Los leo más tarde <3