FULL VOLUME || Soukoku

25

Chuuya estaba en el gimnasio, concentrado en su rutina. Al comenzar a saltar la cuerda, sus músculos, perfectamente definidos, se movían con una gracia y fuerza que parecían casi coreografiadas, mientras la cuerda cortaba el aire con precisión a su alrededor.

Terminada su serie, se dirigió a la máquina que mediría su progreso. Con un ligero temblor de anticipación, colocó las manos en los controles, sintiendo cómo el dispositivo respondía a su toque firme. Cuando los resultados aparecieron en la pantalla, se sorprendió.

—¡Bien hecho, Chuuya! —exclamó Ranpo con entusiasmo—. ¡Tu físico está mejorando cada vez más!

"Me sorprende que esté más fuerte", pensó Chuuya mientras recordaba las innumerables citas recientes con Dazai. "Pensé que tanto tiempo juntos habría afectado mi rendimiento".

Mientras se dirigía hacia las duchas, un pensamiento fugaz lo detuvo por un instante. Su respiración se entrecortó, y jadeó suavemente, tratando de encontrarle sentido.

"¿Será porque hemos tenido mucho sexo?"

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Chuuya estaba sentado frente a la pantalla, envuelto en una cómoda pijama de felpa marrón con diseño de oso. La capucha, adornada con orejas redondeadas, cubría parcialmente su cabello rojo, que resplandecía bajo la tenue luz del monitor. Sostenía firmemente el control del juego, y sus dedos se movían frenéticamente sobre los botones, mientras su rostro reflejaba una mezcla de frustración y concentración. Los sonidos retro del juego llenaban la habitación, acompañando a un pequeño avatar blanco que saltaba incansablemente en la pantalla.

Ding. 

¡Tienes unos reflejos terribles!

Ding. 

Es tan lindo.

Ding. 

Si no puedes pasar de este nivel, tienes que enseñarnos el culo.

—¿De verdad? —respondió Chuuya con una sonrisa traviesa, dirigiéndose a sus espectadores—. ¡Pero si de todos modos les muestro mi trasero todo el rato!

La tensión en la transmisión aumentó. Los colores del juego parpadeaban mientras el avatar del pelirrojo en la pantalla perdía su última vida. Un gran letrero de "Game Over" destelló en rojo.

—Ah, he muerto... —dijo con fingida decepción, encogiendo los hombros de manera teatral. Sabía lo que vendría a continuación—. He perdido, así que supongo que tengo que enseñarles mi culo ahora.

Con una mezcla de humor y sensualidad, Chuuya se levantó lentamente. La cámara lo seguía mientras se giraba, revelando una parte desmontable en su pijama justo sobre su trasero, que tenía escrito "Hungry Bear". Con un gesto juguetón, tiró de la tela desmontable, dejando al descubierto su redondo y rosado trasero.

Ding. 

¿Cuándo vas a traer de vuelta a tu amigo de la última vez?

Ding. 

¡Era súper caliente!

Ding. 

¡Exigimos otra colaboración!

Chuuya sonrió para sí mismo. Los comentarios insistentes sobre una nueva colaboración comenzaron a acumularse en la pantalla. Mientras leía las palabras, sintió una mezcla de orgullo y deseo. Sus suscriptores habían disfrutado tanto de esa colaboración que no paraban de pedir más.

—¿Realmente les gustó tanto el programa de colaboración? —preguntó, fingiendo curiosidad mientras sus ojos brillaban con picardía.

Ding.