CAPÍTULO 44

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Mi mayor reto ahora mismo es salir de la cama

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Mi mayor reto ahora mismo es salir de la cama. Ya ha amanecido y quiero levantarme, pero el brazo que tiene mi novio rodeando mi cintura me lo impide y me obliga a mantenerme en la cama. Cuanto más intento hacerlo a un lado más me doy cuenta de que él hace fuerza.

— Damiano, déjame levantarme — le digo.

Él se sigue haciendo el dormido, pero se le va formando una sonrisa en los labios. Yo le golpeo el pecho con mi mano y él ronronea.

— Te has levantado violenta, ¿eh? — bromea — Eso me gusta.

Se lanza a mi cuello para besarlo y me coge las muñecas para que no pueda resistirme.

— Deberíamos bajar, tu familia sigue aquí.

— Que les den a esos pesados.

Damiano no abandona mi cuello.

— No hables así de ellos.

Sueno tan malhumorada (e incluso ofendida) que Damiano alza la cabeza y veo su mueca de confusión.

— Tú al menos tienes una familia que se preocupa por ti y te quiere — le explico — Yo no tengo esa suerte.

Damiano baja la mirada, como si lo hubiera entendido y estuviera impactado por la profundidad de mis palabras.

— Pero me tienes a mí — me responde con dulzura — Y, si quieres, mi familia podría llegar a ser la tuya.

Damiano roza su nariz con la mía y me da una pequeña sonrisa. Realmente sí me gustaría formar parte de la familia de Damiano.

— Ve a la ducha — me dice Damiano.

Él se recuesta y me mira con cara de pícaro. Cuando voy a levantarme, recuerdo que no llevo ropa encima e intento tirar de la sábana para taparme con ella, pero Damiano la atrapa.

— ¿Qué haces?

— Estoy desnuda y tengo que ir a la ducha.

— ¿Y?

Damiano capta mi indecisión y ríe.

— ¿Te vas a poner tímida ahora? Solo ve a la ducha y ya — señala la puerta del baño — Tranquila, verte desnuda será como un castigo.

Yo le lanzo uno de los cojines a la cara y él se vuelve a reír a carcajadas, tumbándose en la cama. Voy corriendo hacia el baño y abro el grifo para regular la temperatura del agua. Damiano irrumpe desnudo a los dos minutos.

— ¿Qué haces aquí? Me has dicho que viniera a la ducha.

— Pero no para ducharte, Amalia — me responde — Aún eres un poco inocente.

— ¡No lo soy!

Damiano me chista y me pone un dedo en los labios. Luego me lo presiona para abrirlos y me lo mete en la boca. Lo mueve dentro y fuera a su gusto.

Inferno {Måneskin Fanfic}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora