Narra Hermione:
Harry: Ya debería estar aquí.
-Había empezado marzo, y el tiempo se hizo más seco, pero un viento terrible parecía despellejarnos manos y cara cada vez que salíamos del castillo.
Había retrasos en el correo porque el viento desviaba a las lechuzas del camino-
Ron: Allá esta. -señaló en el cielo-
-La lechuza parda que Harry había enviado a Sirius con la fecha del permiso para ir a Hogsmeade volvió el viernes por la mañana con la mitad de las plumas revueltas.
En cuanto Harry le desprendió la carta de Sirius se escapó, temiendo que la enviaran otra vez-
Hermione: ¿Qué dice? -pregunté curiosa-
Harry: Dice... "Vayan al paso de la cerca que hay al final de la carretera que sale de Hogsmeade (más allá de Dervish y Banges) el sábado a las dos en punto de la tarde. Lleven toda la comida que puedan, y Harry, invita William. Estoy ansioso de conocerlo".
Ron: ¡No habrá vuelto a Hogsmeade! -dijo sorprendido-
Hermione: Eso parece.
Harry: No puedo creerlo. -dijo muy preocupado- Si lo agarran...
Ron: Hasta ahora no lo han conseguido. -recordó- Y el lugar ya no está lleno de dementores.
-Harry plegó la carta, pensando.
Estábamos llegando a las escaleras que llevaba a las mazmorras para nuestra última clase de pociones la cual era dos horas junto a Severus Snape, cuando Malfoy, Crabbe y Goyle habían formado un corrillo a la puerta de la clase con la pandilla de chicas de Slytherin a la que pertenecía Pansy Parkinson.
Todos miraban algo que ninguno de los tres alcanzó a distinguir, y se reían por lo bajo con muchas ganas. La cara de Pansy asomó por detrás de la ancha espalda de Goyle y los vi acercarse-
Pansy: ¡Ahí están, ahí están! -anunció con una risa tonta, y el corro se rompió-
-Vi como Pansy tenía en las manos un ejemplar de la revista Corazón de bruja. La foto con movimiento de la portada mostraba a una bruja de pelo rizado que sonreía enseñando los dientes y apuntaba a un bizcocho grande con la varita-
Pansy: ¡A lo mejor encuentras aquí algo de tu interés, Granger! -dijo en voz alta, y me tiró la revista- ¡Deberías dejar de jugar con mi amigo, eh!
-La agarré algo sobresaltada y malhumorada al escuchar eso. Pero en aquel momento se abrió la puerta de la mazmorra, y el profesor Snape, nos hizo señas de que entrarámos.
Los chicos y yo nos encaminamos hacia un pupitre al final de la mazmorra. Vi a William ya sentado junto a sus amigos de Durmstrang, pero apenas me miró, se acercó a mi tomando lugar a mi lado-
Hermione: William. -sonreí-
William: Herrmione. -sonrió- Chicos. -miró a los dos-
-En cuanto el profesor Snape volvió la espalda para escribir en la pizarra los ingredientes de la poción de las dos horas de clase que tuvimos hace unas horas, yo me apresuré a hojear la revista bajo mi pupitre mientras un William se acercaba a mi lado-
William: ¿Qué lees?
Hermione: Yo.
-Al fin, en las páginas centrales, encontré lo que buscaba. Harry y Ron, quienes estaban en la banca de atrás, se inclinaron un poco hacía nosotros para ver mejor.
Una fotografía en color de William encabezaba un pequeño artículo titulado
"La pena secreta de William Potter"