Narra William:
-Y entonces, nada podría haberme preparado para lo siguiente, sentí que mis pies se alzaban del suelo.
Tanto Harry, Voldelmort y yo estábamos elevándonos en el aire, y nuestras varitas seguían conectadas por el hilo de luz dorada.
Nos alejamos de la lápida, y fuimos a aterrizar en un claro de tierra sin tumbas. Los mortífagos gritaban pidiéndole instrucciones a Voldemort mientras, seguidos por la serpiente, volvían a reunirse y a formar el círculo en torno a nosotros.
Algunos sacaron sus varitas, incluido Lucius, quien sorprendentemente estaba apuntando con terror a Voldelmort y no a mi o a Harry.
El rayo dorado que conectaba a los tres, se escindió. Aunque nuestras varitas seguían conectadas, mil ramificaciones se desprendieron trazando arcos por encima de nosotros, y se entrelazaron a nuestro alrededor hasta dejarnos encerrados en una red dorada en forma de campana, una especie de jaula de luz, fuera de la cual los mortífagos merodeaban como chacales, profiriendo gritos que llegaban adentro amortiguados-
Voldelmort: ¡No hagan nada! -gritó a sus mortífagos-
-Vi a Voldelmort, que tenía los ojos completamente abiertos de sorpresa ante lo que estaba ocurriendo, y que forcejeaba en un intento de romper el hilo de luz que seguía uniendo las varitas.
Por otro lado, Harry agarró la suya con más fuerza utilizando ambas manos. Mientras que yo hacía lo mismo, pero tenía tanto enojo con ese ser frente a nosotros que solo pensaba en una cosa, debía matarlo. Aun así, el hilo dorado permaneció intacto en los tres-
Voldelmort: ¡No hagan nada a menos que yo los mande! -volvió a gritar-
-Y, entonces, un sonido hermoso y sobrenatural llenó el aire... Procedía de cada uno de los hilos de la red finamente tejida en torno a Harry, Voldelmort y de mi.
Era un sonido que pude reconocer, aunque antes sólo lo había oído una vez hace dos años, era el canto del fénix.
Desde que casi muero en esa cámara, para mi ese era un sonido de esperanza... lo más hermoso y acogedor que había oído en mi vida.
Sentía como si el canto estuviera dentro de mi en vez de rodearme. Era un sonido que me conectaba a Dumbledore, como si un amigo me hablara al oído... No rompas la conexión-
William / Harry: Lo sé. -dijimos al mismo tiempo a la música- Ya sé que no debo.
-Ambos nos miramos sorprendidos, creo que era obvio que creíamos que solo era parte de nuestra mente. Pero no, estaba aquí, con los dos.
En cuanto lo pensamos, se convirtió en algo bastante más difícil de cumplir. Por mi parte, mi varita empezó a vibrar más fuerte que antes... y el rayo que me unía a Voldelmort había cambiado también.
Era como si unos guijarros de luz se deslizaran de un lado a otro del rayo qué unía las varitas. Mi varita se sacudía en el interior de mi mano mientras los guijarros comenzaban a deslizarse hacia mi lado, lenta pero incesantemente.
La dirección del movimiento del rayo era de Voldemort hacia mi, y notaba que tanto la varita de Voldelmort como la de mi hermano también vibraban con enorme fuerza.
Cuando el más próximo de los guijarros de luz se acercó a mi varita, la madera que tenía entre los dedos se puso tan caliente que solo podía rezar a Merlín para que no se prendiera.
Cuanto más se acercaba el guijarro, con más fuerza vibraba mi varita. Tuve la certeza de que, en cuanto tocara la varita, ésta se desharía. Parecía a punto de hacerse astillas entre mis dedos.
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MALDICIÓN II ✔️
FanfictionSegunda parte de: MALDICIÓN. Historia con: Hermione Granger.