Narra Hermione:
Ron: Vámonos ya. -dijo bajando las escaleras-
-Harry y yo reimos un poco al verlo frustrado. Definitivamente los gemelos lo sacaban de quicio con sus ocurrencias.
Después de que Ronald llegará a nosotros caminamos hasta la salida del lugar mientras una chica saludaba a mi mejor amigo pelirrojo-
Hermione: ¿Cómo le hicieron Fred y George? -pregunté una vez salimos del lugar- Tienen el callejón lleno de clientes.
Ron: Fred dice que la gente necesita divertirse. -se encogió de hombros mientras caminábamos en medio de la calle-
Harry: Tiene razón.
Hermione: Ay no. -suspire triste al ver la tienda que estaba a nuestra derecha, vacía y descuidada- Todos compraban varitas con Ollivander.
-Los chicos y yo nos dimos una mirada rápida y entramos a la tienda del señor Ollivander de inmediato.
Esta estaba sucia, llena de polvo y la puerta incluso rechino al abrirse por fin después de tanto tiempo. Sin duda esto era triste-
Ron: Harry, lo imagino o es que Draco y su mami no quieren que los siga nadie. -susurro mirando frente a la ventana- No puede ser, es William. -dijo sorprendido-
-Apenas dijo eso, tanto Harry como yo nos acercaramos a la ventana por donde Ronald miraba.
Y en efecto. William estaba frente a nuestras narices, del otro lado de la calle. Vestía con un traje negro al igual que Draco. Ambos estaban perfectamente peinados, aunque William traía una venda en la cabeza como la última vez que lo vi.
Caminaban junto a Narcissa Malfoy quien también se veía elegante, pero preocupada y mirando a todos lados esperando que nadie los viera caminar.
Eso se me hizo raro. Sin duda alguna escondían algo esos tres. Pero aún así, sentía alivio al ver a William en Londres.
Con los chicos decidimos seguir a William, Draco y Narcissa. Habían entrado al callejón Knockturn a estas horas de la tarde, todos sabían que ese callejón no era para magos o brujas buenos, era malo y cualquiera que te viera de ese lugar, podía pensar que estas en malos pasos.
Y yo necesitaba saber qué es lo que William tramaba, solo esperaba que no fuera algo malo. Que lo que Dumbledore me advirtió no estuviera pasando ya.
Aún así, los chicos y yo seguimos a esos dos y a la señora Malfoy hasta donde iban de forma sigilosa, hasta que los vimos entrar a Borgin y Burke.
Vimos como una luz se prendía justo arriba, en la tienda de a lado de Borgin, así que Harry, Ron y yo no dudamos en ir por atrás para buscar una forma de subir al techo y poder ver de mejor forma lo que estaba pasando dentro de ese lugar.
Una vez arriba, pudimos visualizar con perfección a ambos chicos que veían un armario como si fuera lo más importante del mundo mientras Narcissa hablaba con el dueño del lugar, y a sus lados, estaba nada más y nada menos que Fenrir Greyback, el hombre lobo más buscado de todo el mundo mágico.
Apenas lo vimos, nos escondimos detrás de las tejas que conformaban el techo del local donde nos habíamos subido. Pero lamentablemente, el hombre lobo cerro las cortinas impidiendonos ver más de lo que estaba pasando en ese lugar-
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Una semana después:
Narra William:
Draco: ¡Cómo si tus huesos se rompieran! -gritó lanzandome otro maleficio-.
