Narra William:
William: Así ya no cuenta. -rodé los ojos-
-Vi como los chicos miraban sus piernas. La de Harry sangraba mucho; tenía la túnica manchada con una secreción viscosa de las pinzas.
Trató de levantarse, pero la pierna le temblaba y se negaba a soportar el peso de su cuerpo. Se apoyó en el seto y miró a su alrededor. Cédric estaba a muy poca distancia de la Copa de los tres magos, que brillaba tras él. Y yo, yo estaba en medio de ambos, con la misma cercanía y lejanía de sus distancias a la copa-
Harry: Agarrenla. -dijo sin aliento- Vamos, agarrenla. Ya han llegado.
-Pero Cédric no se movió. Se quedó allí, mirando a Harry. Luego se volvió para observarla-
-Yo en cambio solo sonreí-
William: Si tu insistes. -me encogí de hombros-
-Estaba a punto de dar un primer paso para ir a la copa, cuando sentí como unas enredaderas con grandes espinas agarraron mi talón izquierdo enterrando todas las puntas en mi piel y, de un tirón, me tumbó al césped. Boca abajo y adolorido por el golpe, sentí como me arrastraba con fuerza hacía atrás-
William: ¡Ahhhh! ¡Auxilio! ¡Crretinos, ya los ayude. Ahorra les toca a ustedes! -grité aterrado-
Harry: ¡Expelliarmus! -gritó, pero nada paso-
William: ¡¿Qué no conoces otrro hechizo, maldito miope?! -grité impaciente-
Cédric: ¡Incendio! -gritó-
-Sentí un gran ardor en mi tobillo, pero al mismo tiempo deje de sentir las espinas de la enredadera malvada que había dejado mi cuerpo libre por fin.
Suspire aliviado y al mismo tiempo adolorido, y en ese momento Cédric llego frente a mi y me ayudo a ponerme de pie. Al intentar por mi solo, estaba a punto de caerme otra vez, pero Cédric logró agarrarme en el aire-
Cédric: ¿Estás bien? -sonrió-
William: Perrderré la pierrna. No la siento. -gruñi- ¿Cómo me prreguntas si estoy bien? ¡¿Qué no estás viendo?! -grité impaciente-
Harry: Está bien, así es siempre. -rodó los ojos divertido-
Cédric: Bien, ¿entonces qué haremos?
Harry: Insisto. Vayan ustedes, agarrenla.
William: No pienso darr otro paso más antes que ustedes. -hice una mueca mirando el suelo-
-Desvíe mi mirada y vi la expresión de anhelo en el rostro de Diggory, iluminado por el resplandor dorado de la Copa. Cédric volvió a mirar a Harry y después a mi, mientras seguía agarrándome y apoyándome en su hombro para poder seguir de pie y no caer. Cédric respiró hondo y sonrió-
Cédric: Agarrenla ustedes. Merecen ganar. Me han salvado la vida más de dos veces.
Harry: No es así el Torneo. -replicó-
-Yo rodé los ojos. Ya estaba irritado. Mi pierna y tobillo me dolían muchísimo, y tenía todo el cuerpo magullado por la arrastrada de la enredadera-
William: Dejen de pasarrse la maldita Quaffle entrre ustedes y decidan de una maldita vez quién tocarrá esa maldita copa. -gruñi- Lo único que quierro ahorra es verr los marravillosos y encantadorres ojos de madame Pomfrrey antes de currarr mis delicadas y grraves herridas.
Cédric: El primero que llega a la Copa gana. Y el primero has sido tú. -me miró- Te lo estoy diciendo, yo no puedo ganar ninguna competencia con esta pierna.
-Cédric se acercó un poco más a la araña desmayada, dejándome recargado en los setos alejándose de la Copa y, negando con la cabeza me miró-
William: Si clarro, y yo estoy de marravilla. -dije sarcástico- Ni de loco vuelvo a darr un paso en dirrección a esa estúpida copa. No me harrán más daño en este torrneo. Agarrenla ustedes.
Cédric: No.
William: ¡Deja de hacerr alarrdes de nobleza! -dije irritado-
Harry: No tienes más que agarrarla, y podremos salir de aquí.
-Cédric observó cómo se agarraba al seto para mantenerse en pie-
Cédric: Tú me dijiste lo de los dragones. -recordó a mi hermano- Yo habría caído en la primera prueba si no me lo hubieras dicho.
Harry: A mí también me lo dijeron. -dijo tratando de limpiarse con la túnica la sangre de la pierna- Y luego tú me ayudaste con el huevo. Estamos en paz.
Cédric: También a mí me ayudaron con el huevo.
Harry: Seguimos estando en paz.
William: ¿Qué acaso fui el único que no fue ayudado en esta cosa? -pregunté ofendido-
Cédric: Te merecías más puntos en la segunda prueba. -dijo tercamente-
William: No te doy un golpe porrque no puedo moverrme. -gruñi-
Cédric: Te rezagaste porque querías salvar a todos los rehenes. Es lo que tendría que haber hecho yo. -miró al azabache-
Harry: ¡Sólo yo fui lo bastante tonto para tomarme en serio la canción! -dijo con amargura-
William: En eso si estoy de acuerrdo.
Harry: ¡Agarren la Copa!
Cédric: No. -dijo dando unos pasos más hacía los dos-
-Vi que Cedric era sincero. Quería renunciar a un tipo de gloria que la casa de Hufflepuff no había conquistado desde hacía siglos-
Cédric: Vamos, agarrenla ustedes.
-Era como si le costara todas sus fuerzas, pero había cruzado los brazos y su rostro no dejaba lugar a dudas. Estaba decidido-
Harry: No, yo no...
William: Ehh, si me acerrcan a la copa con gusto la agarro y podemos irrnos en paz...
Harry: No, quien debe agarrarla es Cédric.
William: Caes mal, miope. -rodé los ojos-.