Capítulo 25

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Samay Meyer

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Samay Meyer

Las tres estábamos sentadas en la dirección; con Rex, el director, mis padres y los de mis amigas, mirándonos enojados.

—¿Ya nos dirán que pasó? —dijo severamente uno de los padres de Hera

—¿Para qué quieren saber si lo único que van a hacer es regañarnos y criticarnos? —pregunto a la defensiva ella.

—Les dije que esta tarea tan importante no debíamos de habérselas encomendado a ellas. Conociendo como son. —crítico uno de los padres de Adina.

Nos miramos entre nosotras.

Nuestra personalidad no es nuestra culpa, es de todos ellos por ser tan críticos y odiarnos.

—Señores, no creo que estén ayudando mucho. Deberíamos relajarnos todos y escucharlas.

Todos miraron a Rex.

—Todas tuyas, Coronel. Ya nos cansamos de intentar que su comportamiento cambie. —dijo uno de los padres de Henar.

Fruncimos el ceño y nos miramos entre nosotras.

Ojalá que nos trague la tierra y nos deje en Japón.

—Sam, ¿qué fue lo que pasó? —me mordí la lengua y después vi tras de él a todos nuestros padres.

Jamás hablaría con ellos presentes.

Miro a Henar, dijo lo mismo y ella repitió mi acción.

Después fue con Adina, la cual, parecía a punto de llorar. A ella sí que le afectan mucho los comentarios de todos nuestros padres y es por eso que me dan más coraje.

Él se arrodilló y tomó sus manos.

—¿Adi? —me crucé de brazos enfadada, el muy maldito se aprovechaba de ella para saber.

La de ojos negros lo miro y se echo a llorar. El castaño la abrazo.

—Todo esto pasó porque nos incomodaban. A todas nos dijeron comentarios fuera de lugar y no queríamos estar cerca de ninguno.

<<<Propusimos cambiar de grupo. No pensamos que fuera tan grave.

Mire a mis padres, que nos miraban (todavía) muy mal.

—Claramente no lo pensaron. No pensaron que allá afuera tenemos a los hombres más poderosos del mundo, enojados y confundidos, porque no fueron lo suficientemente maduras como para sobrellevar la situación. —gritó uno de los padres de Henar.

Mis padres se mantenían en silencio, analizando todo.

—No es para tanto. —gruñí

—¿Qué no es para tanto, Samay? —pregunto enojado papá Ezra. Oh, oh. Suspiro, calmandose. —Saldrán en este momento, se disculparan y ya.

5 están bien, pero, ¿15?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora